꧁CAPÍTULO 1꧂

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8 años después

DAYANNA:

Me agacho para darle una patada y desestabilizarlo.

No me dejes.

Retrocedo para esquivar su ataque.

Qué lástima que no lo obedeciste.

Se reincorpora y se lanza a atacarme.

Te alcanzare dentro de un momento. Lo prometo.

Doy una vuelta a la derecha mientras saco mi daga.

Te amo Dayanna.

Me lanzó hacia él, tumbándole al suelo y le coloco la daga en el cuello.

-Perdiste.

Los recuerdos se han desvanecido. Por ahora.

-¿Me haces el favor de salirte de encima de mío? Me ahogas- dijo Charles

-Eres un dramático, no peso tanto- dije riéndome.

Me levante de su estómago, le ofrecí mi mano para ayudarlo a pararse.

-Mejoraste mucho desde la última vez. No me esperaba menos de ti

Nos encontrábamos en la zona de entrenamiento, era pasada la medianoche y el frío empezaba a incrementarse.

-Vamos a guardar esto antes de que alguien nos encuentre- me dijo señalando el arma que él había usado.

-Claro

Nos dirigimos al cobertizo donde guardábamos todas las armas. No creo que nadie descubra que estuvimos aquí anoche, siempre somos muy cuidadosos cuando nos vamos.

-Gracias por ayudarme Chuck- dije en voz baja mientras él terminaba de asegurar el depósito.

-¿Por qué me agradeces?- preguntó volteando a verme.

-Ya sabes el por qué- desvié mi mirada de la suya

-Solo bromeaba, además ya te dije mil veces que no es necesario agradecerme- me dijo

Comenzamos a caminar para volver a nuestras cabañas y dormir.

-¿Ya te encuentras mejor?- me preguntó después de un rato.

-Sí, ahora sí. Creo que ahora ya podré dormir.

-¿Cuándo me hablarás sobre eso? No me gusta verte así.

-Lamento preocuparte, pero no puedo decirte. Todavía no.

Y es cierto, no puedo contarle sobre los sueños que tengo, aunque son más pesadillas que sueños. Nadie lo sabe, ni siquiera Matthew, que es como un padre para mí. No me gusta hablar sobre eso, no me gusta recordarlo. Aún me duele hacerlo. Cada vez que tengo esas pesadillas me despierto llorando y no consigo volver a dormir, por eso buscaba a Chuck, para tener una pelea. Solo así lograba olvidarme de los recuerdos.

-Ok, no te insistiré, dímelo cuando estés lista.

Se formó un silencio incómodo mientras caminábamos. Una corriente de aire hizo que me congelara hasta los huesos, inconscientemente me abrace a mí misma para mantener el calor. Maldita la hora en que no se me ocurrió ponerme una chaqueta cuando salí, solo traía mi polo de dormir.

Sentí algo suave y tibio tocarme la espalda, me volteé para ver que era. Chuck se había sacado su chaqueta y me la había puesto a mí, no sé por qué pero ese acto me hizo sonrojar. Espero que no se note, gracias oscuridad.

Venganza de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora