꧁CAPÍTULO 2꧂

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MATT:

En días como estos anhelo tener una vida normal, quisiera que mis preocupaciones tan solo sean aprobar un semestre con notas aceptables o conseguir un trabajo de medio tiempo para mantenerme, que mis preocupaciones sean como las de alguien de 19 años reales. Pero no, en mi mundo alguien como yo no se da el lujo de preocuparse por esas cosas. Especialmente yo.

Como sea, esta es mi vida y la tengo que aceptar. Ya que por muy mala que parezca, tiene sus momentos.

Trataba de mantenerme despierto, mientras pensaba si tenía algo importante que hacer hoy. Al no recordar nada decidí darme un relajante baño, necesitaba sacar el estrés de mi interior y que mejor manera de hacerlo que con un largo baño caliente.

Estuve como media hora debajo del agua, enserio necesitaba eso. Ahora me siento un hombre nuevo, listo para empezar el día, o en este caso lo que queda de él. Me desperté muy tarde, comparado con los demás días.

Qué raro que nadie haya venido a molestar. ¿Qué hora es?

Me dirigí a la mesita de noche al costado de mi cama, mi celular reposaba ahí boca abajo. Lo prendí para ver la hora. Mi interés por la hora se perdió cuando en la pantalla aparecieron varias notificaciones de mensajes que no había visto. Abrí el primero que llegó, era de Dylan, el beta de mi padre.

¿Dónde estás, faltan dos minutos para que la reunión comience?

¿Reunión? ¿Qué reunión?

Abrí el último mensaje enviado.

¡¿Dónde estás Matthew?! Tu padre está furioso contigo, será mejor que te aparezcas aquí ¡AHORA!

El mensaje llegó hace tres minutos.

— Mierda

Corrí directo al armario sacando lo primero que encontré aceptable para una reunión, una reunión que olvidé por completo. Hola de nuevo a mi estrés usual.

Ahora que recuerdo, tengo entendido que mi padre anunciaría algo de suma importancia. Aunque creo que puede esperar unos... ¿30 minutos? Maldita sea me dará un discurso sobre la puntualidad y la importancia del puesto que tengo.

Cuando estoy listo voy a paso rápido hacia la puerta principal, que suerte que la mansión de mi padre está cerca de mi departamento, llegaré en un minuto si me apresuro. Abrí la puerta, siendo recibido por una ráfaga de aire en toda la cara. El cielo que se alza sobre la inmensidad del bosque que rodea la ciudad se encuentra nublado, hace tiempo que no corro por él, hace tiempo que no siento el aire golpear mi pelaje cuando estoy en mi forma lobuna. Mis pensamientos se pierden en su inmensidad, siempre lo hacen, es como si el bosque me diera la paz que nada ni nadie me puede brindar.

Alejé esos pensamientos de mí, necesitaba centrarme en la reunión. Corrí hacia la mansión sin ningún problema, comparado con el entrenamiento que yo mismo me daba de vez en cuando esto no era nada. Al llegar estabilicé mi respiración para que no se den cuenta que llegué apurado Estaba a punto de tocar cuando la puerta se abrió.

— Matthew, que sorpresa. ¿Decidiste al fin deleitarnos con tu presencia? — Dylan tenía el ceño fruncido mientras me hablaba.

— No molestes Dylan, tendré suficiente con la charla de mi padre. Ya estoy aquí, eso es lo que importa.

— Ya veremos que piensa tu padre sobre lo último, apresúrate.

Al ser Dylan el beta de mi padre tenía mucha confianza con él, lo veía más como un tío. Mi padre y él se tratan como hermanos, la amistad y confianza entre los dos es admirable; lo cual fortalece a la manada. Por las historias que me cuentan sé que vivieron aventuras extraordinarias en su juventud.

Venganza de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora