Don't leave me 《 taehyung- BTS》

C A P Í T U L O S E I S

—Señorita Haneul, que sorpresa— Dijo la secretaria nada más verme—enseguida estoy contigo—me añadió. Sinceramente, me daba igual cuando me atendiera, sólo quería saber el porqué ese estúpido chico de pelo castaño aparecía en los momentos más inesperados.

Volví a esperar unos minutos hasta que el castaño se sentó en la única silla que quedaba a mi lado y la señorita Yoon desaparecía por el pasillo apresurada, andaba lo más deprisa que sus pequeños tacones de baja altura le permitían.

—Empiezo a pensar que me sigues—le confesé al chico que se sentaba a mi lado y que extrañamente no había pronunciado palabra. El soltó una bocanada de aire por su boca y volteó a verme, sus ojos marrones se fijaron en los míos y no mostró ningún tipo de sonrisa como solía hacerlo.

—No eres la única a la que no le gusta una asignatura—Me soltó antes de volver a mirar su cuaderno, en el que llevaba tiempo escribiendo.

—¿Qué has echo?—No sonreí, ni siquiera volteé la mirada, me mantenía neutra y paciente por escuchar su respuesta.

—¿Ahora te interesa lo que hago?— Me soltó frío, tanto que casi me sorprendió viniendo de el.

—Tienes razón—Fijé la mirada en el mostrador de la señorita Yoon—No me interesa ni lo mas mínimo lo que hagas— Me levanté de la silla y cogí mi maleta que estaba apoyada en una de sus patas.

—¿te vas?—me dijo al ver como me dirigía a la puerta de salida, hacia los pasillos, ¿este chico es bipolar o que?.

—si

—creo recordar que estabas esperando algo aquí sentada antes de mi llegada—Me giré hacia el y vi como sus ojos se posaban en mi, entonces me acordé que tenía que hablar con el director. Bufé y volví a sentarme en la silla.

Estuvimos en silencio bastante tiempo, yo esperando la llegada de Yoon que parecía que se la había tragado la tierra, y él sólo escribía en su cuaderno de rayas, no se escuchaba ningún mínimo ruido, solamente nuestras respiraciones y el sonido de su bolígrafo rozando en la fina hoja de papel de su cuaderno.
—Oye...— le oí decir, no le hice mucho caso. Pero entonces, cuando el castaño estaba dispuesto a acabar su frase la voz de la Secretaria le interrumpió

—Ya he vuelto,¿Qué quería usted señorita Haneul?—me preguntó, yo volteé a verla sin echarle mucha cuenta a lo que quería decirme el chico.

—Hablar con el director—respondí levantándome de la silla

—¿Motivos?— tecleó el ordenador.

—Expulsión—Aclaré

—Puede pasar—Dijo al fin.

Pase rápidamente al interior del pasillo y llamé a la puerta pidiendo paso, las palabras del director me confirmaron que podía hacerlo.

—¿El profesor de Ciencias?—Me preguntó al verme entrar al despacho.

—Si—reí

—¿te pone contenta?—dijo serio, lo mire y sonreí de nuevo.

—¿para qué mentirle?—frunció el ceño—ohh, vamos, señor Hyun, no me diga que no es divertido—volví a reír

—¿qué ha pasado está vez?—relajó las facciones de su cara, lo que hizo que disminuyera la tensión.

—Había una ballena pintada en la pizarra y yo sólo le comenté el gran parecido que tenían—Mordí mi labio inferior para intentar aguantar la risa pero no funcionó. El señor Hyun me miró con una pequeña sonrisa, parecía que el también estaba aguantando la risa.—Tenías que haber visto su cara cuando le dije que podían llegar a pesar lo mismo—Reí descontrolada, y el director tampoco aguantó la tentación de reírse, por lo que acabamos los dos riéndonos de la situación.

—Seguro que se pondría rojo de la rabia—soltó divertido, yo asentí con la cabeza mientras reía—Bueno, está vez te lo dejo pasar—Me comentó tras minutos de risas. Yo asentí con la cabeza de nuevo y me despedí del director el cual seguía con una sonrisa.

Salí del despacho y al llegar a la entrada principal de la Secretaría, no había nadie, ni el castaño, ni la señorita Yoon, simplemente nadie. No quería quedarme en este lugar más tiempo aún que sea uno de los sitios más tranquilos de este Instituto, prefería las escaleras, por lo que me dirigí hacia la salida para sentarme un rato en ellas, saqué el paquete de cigarros de mi mochila y justo cuando iba a salir escuché una voz a mis espaldas.

—¡Haneul!— Me giré esperando que no fuera, ni el castaño, ni su primo, ni el profesor de Ciencias. Pero parece que como siempre digo, no salen nunca las cosas como quiero—Te dejaste esto— El castaño me extendió la mano en la cual había un mechero, yo lo cogí rápidamente guardandolo en el bolsillo chico de mi mochila.—¿fumas?

—¿A ti que te importa?—Solté de mala gana, no tenia porque darle explicaciones.

—Me importa más de lo que crees— esa respuesta me hizo reír, ¿se creía que me iba a impresionar diciendo eso?,¿qué tendría que caer derretida a sus pies como el resto de chicas hubieran echo en este Instituto?, porque si es eso, conmigo está muy equivocado.

—¿Por qué yo?—está era mi pregunta desde que comenzó a hablarme.

—¿Por qué tú qué?

—¿Por qué vienes a hablarme como si quisieras conocerme, o como si te importara algo lo que hago o lo que dejo de hacer?, ¿por qué intentas ser amable?, ¿Por qué quieres acercarte a mi?—No lo entendía, con la cantidad de chicas que hay aquí.

—Realmente quiero conocerte haneul..., pero no imaginé que fuera tan difícil—Me miró como un cachorro indefenso intentando pedir ayuda, ¿por qué seguía intentándolo?, ¿no se cansaba?.

—Pues yo no quiero conocerte, ni quiero que me conozcas, no quiero que te intereses por mí, sólo quiero que me dejes tranquila—Le dije seria esperando a que me dejase de una vez por todas en paz.

—¿y qué gano yo en todo eso?— me preguntó sonriendo, yo bufé y rode los ojos.

—No se trata de perder o ganar, se trata de el bien de cada uno— solté lo más tranquila posible—No quiero tenerte en mi vida y a ti no te conviene que lo estés—Concluí antes de salir hacia las escaleras.