Don't leave me 《 taehyung- BTS》

C A P Í T U L O O C H O

Mi día parecía no acabar nunca, cuando llegué al apartamento Sook no estaba, me dejó una nota encima de la mesa. Llegará muy tarde está noche, así que me comí lo que dejó de comida en la cocina y ahora estoy vagando por los callejones de busan, no pretendía estar en casa sin hacer nada. Miré la hora y exactamente eran las 16:30,  decidí hacer lo de siempre, beber, emborracharme, y volver a mi casa para dormir y levantarme tarde mañana, lo que hago todos los viernes normales.

Entré en el bar donde estuve la noche en la que hubo una pelea, pero esta vez estaba casi vacío, a excepción de dos hombres cuarentones sentados en una de las mesas, una chica de pelo negro viendo la televisión, y por último un chico con el pelo color naranja sentado en uno de los taburetes que había en la barra, yo intenté sentarme en el taburete más lejano, que tampoco resultó ser una distancia muy grande de donde estaba el chico de pelo naranja.

—Una cerveza—Le pedí al camarero que me miraba atento, este asintió con la cabeza, cogió un vaso de cristal y comenzó a llenarlo.

—¿De nuevo por aquí?— Levanté la cabeza para ver quien me había preguntado, y resultó ser el chico de pelo naranja que se sentaba a dos taburetes de distancia de donde yo estaba. Intenté pasar de el chico para cortar nuestra conversació, pero cuando creí que no volvería a dirigirme la palabra, soltó una pequeña risa—¿Y tus amigos?— Le miré intentando descifrar el porqué esa pregunta— ¿No tienes?—Preguntó un poco sorprendido.

—Tu tampoco vienes especialmente acompañado— bebí un trago de la cerveza que me habían traído segundos antes, el volvió a reír.

—No están aquí en este momento— El también bebió de la suya— Soy Jimin, Park jimin.

—Tampoco te había preguntado— bebí de nuevo, entonces sentí su mirada sobre mi, pero parecía que me estaba fulminando con ella.

—¿Siempre eres así?— asentí lentamente— ahora entiendo porque no tienes amigos.— Le miré desafiante.

—Yo también entiendo que tú no los tengas— dije volteando la mirada hacia él frente.

—¡oye!, ¡yo tengo muchos amigos!— gritó él pelinaranja con algo de fastidio, yo no pude evitar sonreír

—Ya los veo

—Está bien, ¿quieres ver como si tengo?— Me miró fijamente el chico.

—No— Ni si quiera volteé a verle

—Está bien, pues está noche ven a este mismo sitio— Prosiguió el chico sin hacerle caso a mi respuesta

—Te he dicho...—Está vez volteé a verle

—Está noche voy a ir a un sitio con unos amigos para hacer algunas cosas— Me interrumpió

—Te estoy diciendo que no quiero—Le miré desesperada

—Es algo importante, y no suelo invitar a mucha gente—Rogó el chico

—¿Y por qué a mi?— bebí de la cerveza

—Porque eres muy arrogante y me gustaría demostrarte que las cosas no son siempre como tu dices— Me miró con una mirada de asco tan profunda que hasta me dolió un poco.

—Está bien, vendré—El chico comenzó a mostrar una sonrisa—Pero sólo para demostrarte que no tienes ni un solo amigo que te aprecie— Y volvió a poner su cara de asco.

—Pues aquí te espero a las doce en punto—Gruñó el chico, y sin dejarme decir nada se levantó y se dirigió hacia la salida, yo me quedé un rato pensando en lo que le había dicho, creo que me he vuelto a dejar llevar por las estúpidas competiciones, ¿por qué seré tan competitiva algunas veces?.
Terminé la cerveza que había pedido y al pedirme la segunda tardé menos de tres minutos en acabarla, me levanté y saqué un cigarro de mi bolsillo trasero del pantalón, pero cuando me dí cuenta no tenía con que encenderlo, y la verdad es que me moría por darle una calada. No me quedaba mucho dinero, pero el suficiente para comprarme un mechero en la primera tienda que se me cruzara.

—¿Puedo ayudarla?— Me pregunto nada más entrar la cajera de una de las primeras tiendas que ví.

—¿Tienen mecheros?—La mujer me miró extrañada.

—No me quedan muchos, sólo me quedan dos modelos— Rebuscó bajo el mostrador y me sacó un mechero  de plata y otro que parecía, ¿una tabla de surf?

—Me quedo con el de plata— Lo cogí y saqué el dinero.

—Buena elección, gracias por comprar—Se despidió con una sonrisa, yo sólo salí de allí lo más rápido posible.
Saqué el mechero que había comprado y el cigarro, abrí la tapa del mechero encendiendolo, y lo coloqué bajo el cigarro el cual se encendió en cuestion de segundos. Le dí varias caladas desesperada mientras andaba de nuevo hacia el apartamento, quería matar el tiempo de alguna manera pero realmente todos los días, desde que me levanto se me hacen años,mi vida es aburrida y tampoco es que no me guste hacer amigos, simplemente ellos no quieren tener a alguien como yo cerca, por eso Sook nunca está en casa, Lucía está todo el tiempo ocupada y los demás simplemente me odian por motivos inexplicables. Mi vida es bastante sosa desde que le hice la promesa a Sook, yo le he causado demasiados problemas por culpa de querer divertirme, y eso me costó un precio.
Estuve paseando por las calles un buen rato hasta que llegué al apartamento, cogí mi móvil y marqué el número de Sook.

—¿Si?—Oí su voz temblorosa y eso me asustó

—¿Sook?

—oh, Haneul, siento haberme ido así como así, pero no creo que vuelva a casa hasta mañana, tengo algo de dinero en mi habitación para que compres lo que quieras para cenar— Cambió su tono de voz a uno más calmado

—¿Por qué?

—Me ha surgido algo familiar, mañana te lo diré, no te preocupes y no hagas nada malo— Parecía nerviosa

—Está bien— Y después de dar mi repsuesra colgó. La verdad es que me lo esperaba, se pasa el día fuera, apenas nos vemos, tampoco me iba a extrañar que no volviera.
El resto de la tarde me la pasé en la ventana de mi cuarto, fumando, bebiendo lo que me quedaba de alcohol en mi habitación, pensando en lo que haría está noche, pero cuando me dí cuenta ya estaba tumbada en mi cama y a punto de quedarme dormida, estaba mareada, confundida y no sabía realmente que haría, pero creo que ahora no es un buen momento para aclarar mis dudas porque no estaba en condiciones para hacerlo después de todo el alcohol que había consumido. Y a los pocos minutos acabé quedándome dormida.