Capítulo 1: despertar

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Punto de vista de Ulbert Alain Odle

Mmmm- dije cuando empecé a recobrar la conciencia nuevamente, note que había mas luz que la última ves- Debe ser de día- Pensé y un poco encandilada por ella.

Cuando aclare mi vista, fui recibido por un techo de madera y algunas vigas entrecruzadas que lo sostenía, sentía que mi cuerpo estaba sobre un superficie suave pero firme no esponjoso, supongo que es una cama y una buena. Me empecé a levantar, cuando lo hice estaba para empecé a estirar mi cuerpo- Realmente estoy muy adoloridos- Pensé pero me detuve cuando note que mis manos eran ahora unas garras afiladas.

Me dejó en shock y cuando volví en si, empecé a buscar en el gran cuarto donde estaba, o mejor dicho almacén pues había cajas y otros indicativos de que se usaba este lugar para ese fin, un espejo. Después de una segunda mirada, encontré uno y me empecé a dirigí a el.

Cuando llegue, puede darme un buen mirada a mi cuerpo, y fue grande mi sorpresa, al no encontrar mi cuerpo normal de humano delgado casi esquelético sino el de mi avatar de YGGDRASIL.

¡Eeehhh!- grite de sorpresa al ver mi nuevo cuerpo y mi vestimenta de lujo, que parecía un uniforme de aristócratas de inicio del siglo XX color negro, con botones y hilos de oro, y cinturón carmesí con decoraciones de oro de una exquisita trabajo. También llevaba una gran capa negra en su parte exterior y rojo sangre en el interior, bordeado con líneas doradas, atada a mi con hilos de oros y decorado con una gran rosa en mi hombro izquierdo.

En mi cabeza tenía dos cuernos en forma de gancho que apunta hacía abajo con un sombrero de copa, decorado con reloj en la parte del frente y una raya roja que tenía escrito números romanos en el, del uno al doce. Mi cara era la de una cabra y con ojos con cornea amarillas y pupilas horizontales, en su lado derecho tenia una mascara dorada con un pico de cuero de color rojizo, fijada a mi cara por cinturones rojos.

Mis manos eran como hechas de bronce, pero podía sentir con ellas y mis uñas parecían hojas de navajas.

Mi parte inferior estaba cubierto por una falda que hacían juego con mi parte superior, pero solo llegaban hasta mis rodillas luego es seguido por mis patas de cabras que terminaban en grandes pezuñas y también vi una gran sombra debajo de mi que parecía estar viva.

Una sonrisa se me formo en mis labios gruesos de mi rostro- ¡¡¡Esto es fantástico!!!- No pude evitar emocionarme por esta nueva circunstancias que estaba viviendo ahora.

Mi euforia fue cortada cuando el portón del almacén fue abierto repentinamente, lo que me sobresalto por un instante. Cuando me recuperar de la sorpresa, pude ver a dos mujeres muy particulares, pues su piel era de un color lila muy hermoso, una tenia cuernos bien cuidados y una cola larga, que por alguna razón me parecían muy atractivas, unas orejas largas y puntiagudas, y con pezuñas de cabrá con un pequeño cuerno en la parte trasera de ellas.

Venían vestidas de una forma muy interesante, la que tenía cuernos y cola, vestía una armadura de cuero grueso que parecía un traje de baño de una pieza, lo cual para mi gusto dejaba expuestas sus piernas y muslos, y ahora que lo miro con más cuidado me doy cuenta de que estaba decorada, aunque no es mucho se nota que hubo esfuerzo en hacerlo.

Su compañera era más conservadora, llevaba un vestido amarillo y un extraño velo que solo cubría sus ojos, que le daba una aire seductor. Note también que ella, a diferencia de la anterior, no tenía cuernos y tal vez tampoco cola, no estaba seguro, ya que no podía ver una por su vestimenta.

Por alguna razón parecían que se quedaron mirándome con shock y asombro- ¿Acaso tengo algo en mi cara?... Cierto, soy una cabra- pensé con humor, ante de intentar romper hielo y corta esta escena que se me estaba volviendo muy incómodo, no me gusta cuando la gente se me queda mirando por mucho tiempo sin decir nada de nada.

Overlord: Ulbert Alain OdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora