17

679 96 24
                                    

Deku sollozaba suavemente mientras tenía entre sus manos la espalda de Kacchan y el rostro de él en su cuello, dejándole dulces besos en su piel. Era extraño tener esa calidez tan cerca. Ya no olía como antes, y las telas que tenían en medio de ellos entorpecían la re conexión que necesitaban. En un intento de apartarlas Deku llevó su boca a la camiseta del rubio, mordiendo la costura del hombro y jalando un poco mientras sorbía su nariz. 

- perdón por no buscarte -susurró el rubio, apretándolo contra sí mismo y mordiendo suavemente su piel- lo lamento, Deku, perdón -escuchó en un susurro, el rizado se separó y acarició la blanca piel de su rubio, negando con su cabeza.

- no, no te culpes -dijo negando con su cabeza y se estiró a besar la punta de su nariz, viendo como el ojirubí le miraba mientras las lágrimas se deslizaban con lentitud.- todo está bien, estamos aquí, dentro de un par de años Kota va a estar con nosotros, vamos a ser felices -le aseguró con una sonrisa amplia, limpiando con sus pulgares las mejillas del rubio. Ambas vistas se encontraron de repente con un aire distinto y Midoriya sintió sus mejillas sonrojarse al entender la mirada del contrario.

- vamos, arriba -le susurró, tomando mejor al pecoso entre sus brazos y se paró sin esfuerzo, dejando un beso en la frente del chico y comenzó a caminar sin preocupación a las escaleras, pensando en llevar al menor a la habitación y revivir todo lo que habían contenido ese tiempo.

- los condones! -escuchó el grito del bicolor en cuanto el rubio puso en pie en la escalera, gruñendo en cuanto escuchó los pasos rápidamente hacia él- usen condones, carajo -exclamó con molestia el heterocromático, cansado de que el menor no fuera capaz de cuidar su salud. 

- sí, ya lárgate -gruñó subiendo la escalera mientras sentía los labios del pecoso sobre su cuello, Kacchan sentía su respiración hacerse pesada al sentir su tacto contra él, escuchó la voz de Todoroki detrás de si, pero prefirió no inmutarse y seguir su camino hacia su cama.

Kirishima observó con preocupación como volvió Shouto con mirada cansada, negando con la cabeza. Eijirou sabía que Bakugou había llevado un historial bastante extraño en los últimos meses, había salido de forma fugaz y mantenido relaciones con varias personas, provocando que más de una vez llegara una chica a reclamarle porque no había llegado su periodo menstrual o algún hombre a exigirle explicaciones por las otras parejas. Todoroki comenzó a espantarse cuando se dio cuenta de que eran todos universitarios, y desde ese momento o había obligado a llevar un régimen de salud sexual estricto, aunque sabía que no lo respetaba.

- vamos al patio, no estoy dispuesto a escucharlos -dijo el heterocromático, dándole una pequeña palmada en su espalda, esperó a que el asistente social hiciera todo lo que tuviese que hacer y salieron, sentándose en la entrada al patio trasero.

Todoroki suspiró un poco, apoyándose totalmente en las escaleras y miró al cielo, donde alumbraba la luna de manera tenue.

- ¿no crees que les estamos dando mucha libertad? -dijo en un murmuro, girando su vista a su amigo peliteñido, quien miraba de manera perdida el cielo al igual que él, Kirishima se giró a mirarlo y luego alzó sus hombros, apretando sus labios.

- dejemos que se disfruten un poco más, después va a ser muy doloroso cuando se alejen, tanto para Bakugou como para Midoriya -dijo el pelinegro, tragando saliva y luego llevó su mano a un vaso de agua que había llevado su amigo y lo tomó, dándole un trago- va a ser difícil después, solo dejemos que sean felices

- uno nunca llega a ser feliz -murmuró Shouto, mirando a su amigo y este sonrió un poco, negando con su cabeza ante lo testarudo que era el hombre sobre ser pesimista.

- no, pero ellos se lo merecen, así que cállate y come -dijo tomando su plato, pinchando una papa con su tenedor y comenzó a comer, mirando el cautivador cielo.

Mientras los adultos comían, Kacchan terminaba de dar las últimas penetraciones dentro de Midoriya antes de acabar, gruñendo en el cuello del chico quien tiritaba suavemente ante la excitación y la sensación de sentir como sus propios fluidos unían sus vientres.

- Kacchan -susurró Deku, abrazando con fuerza al rubio antes de llevar sus labios a su cuello, dejando dulces besos en este que acumulaba un poco de sudor en parte de la nuca- ¿pasa algo? -dijo en un susurro, frunciendo levemente su entrecejo al sentir lo tenso que estaba.

- conocí una chica -dijo el rubio a los segundos de que se le preguntara, este hundió su rostro en el suave cuello del pecoso y cerró sus ojos- no solo a una chica, a mucha gente, Deku. Todoroki me aconsejó que deje mi vida en el experimento atrás y comienze a vivir y... creo que ya lo estoy haciendo -susurró, saliendo con lentitud del menor pero sin dejar de apoyarse en sus rodillas- Todoroki dijo que esta iba a ser la última vez que iba a poder hablarte -le murmuró antes de apoyar su frente en el pecho del pecoso, que se inflaba y desinflaba con violencia- perdón Deku -susurró, Bakugou sintió vergüenza de separarse y ver a la cara de Midoriya, y sintió más vergüenza al sentir como el peliverde comenzaba a temblar y a los minutos se empezaron a escuchar sollozos proveniente de sus labios.

- suéltame -le lloriqueó el peliverde, poniendo sus manos en los hombros del rubio y empujando este- ¡lárgate! ¡apártate! -gritó casi en cólera Midoriya, empujando con esa fuerza que casi nunca usaba para apartar al rubio de un empujón, haciendo que cayera a los pies del futón. El ojirubí miró con asombro como el chico que había estado con él tantos años cubrió su desnudez con la polera del mayor y lo miró.

En las esmeraldas no se podían ver molestia, asco, traición o algo como lo que le había dicho Todoroki que podría pasar, podía notar como ese verde se había teñido de dolor y tristeza.

- ¿no volveremos a hablar? -susurró Izuku luego de unos minutos de silencio en cuales se concentró en no explotar en llanto, sorbiendo su nariz una y otra vez, mirando como Kacchan tragó saliva y sonrió suavemente, colocándose de rodillas y gateando hasta el peliverde, se sentó sobre sus rodilla frente al pequeño que se cubría y subió su mano, acariciando con dulzura el pómulo con pequeñas pecas.

- claro que sí, solo que no tendremos nada, seremos amigos o algo así, pero no puede seguir pasando esto entre nosotros, no podemos seguir acostándonos o tratándonos como lo hacemos -le murmuró, observando como el chico corrió un poco el rostro cuando lo tocó. Permanecieron unos minutos en silencio hasta que Midoriya inhaló hondo, abriendo sus labios suavemente. 

- juramos por sangre unirnos y apoyarnos mutuamente, -murmuró suavemente, citando ese juramento que se aprendió con ayuda de Dabi en cuanto se enteró que había sido elegido para ser pareja de Bakugou y que citó a la par con Kacchan cuando solo tenían 12 y 13 años- juramos protegernos, querernos y cuidar de los nuestros como nosotros mismos -dijo y Katsuki tomó la cabeza de Midoriya, llevando esta a su pecho y abrazándolo con fuerza.

- porque la sangre es lo más importante que uno tiene, cuando las sangres se unen, se juntan cuerpos y almas -murmuró callando la voz ya débil de su acompañante, tomó la mano izquierda de Deku, alzando la palma y dejando ver la gruesa cicatriz que tenía debido a esa ceremonia, Bakugou juntó esa junto con la mano derecha de si, poniendo unidas las marcas que les habían quedado- ahora ambos somos uno, dos almas unidas por el destino y para la eternidad -susurró, sintiendo como el rizado apretaba su mandíbula mientras musitaba el final del juramento.

Hijos de la calle (2.0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora