UN FINAL PARA NO RECORDAR. PARTE II

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En la penumbra de la niebla en el cristalino desierto de la media noche, nuestros queridos coprotagonistas después de la interrogación a los elfos y escuchar un rugido muy estremecedor se dirigieron al pueblo lo más rápido posible, pues no querían saber que fue la cosa que emitió ese sonido así que de inmediato partieron de ese punto.

Leander y Cliantha de inmediato subieron a la carroza en la parte del conductor para poder estar al tanto de lo que pasaba a los alrededores ya que Leander como espadachín santo y Cliantha como la mejor de su escuela tenían muy buenos sentidos cognitivos para el entorno en el que se encontraban.

- "Esto me da mala espina, ese fue un rugido aterrador, ni siquiera con mis habilidades de santo de la espada pude mantener la calma, el que sea que esté detrás de ese rugido no es alguien con el que me pueda meter solo"- pensó Leander con gotas de sudor frío que le recorrían la espalda.

- ¡Tenemos que llegar al pueblo rápido esa cosa nos está alcanzando! - Grito Grander desde la retaguardia de la carroza.

- ¡Tenemos que detenerlo para escapar! - gritó Junnyer empezando a activar un hechizo de viento. - cuchilla de viento -.

- ¡¡Yo lo detendré!! - Grander y Kenya.

La bestia era veloz, un lobo del desierto también lo era, pero a comparación, la velocidad del lobo palidece en contra de la bestia nunca antes vista. Tanto Grander como Kenya se habían ofrecido para frenar los movimientos veloces de aquella bestia para así poder escapar.

Grander como maestro de la espada tenía varias técnicas de espada para diversos usos y en esa ocasión no era una excepción, sostuvo la espada que tenía en su espalda y la acomodó de su lado derecho.

- Técnica «Cien espadas intermitentes», primera forma - Grander flexionó sus rodillas y apretó con fuerza su espada y dando tajo horizontal hablo- "Corte de luz intermitente" -

La espada de Grander brilló con una luz amarillo opaco, y saliendo de la espada una aterradora navaja de luz salió despedida de la hoja viajando a una aterradora velocidad que una persona normal jamás podría esquivar.

ESO quien se acercaba más y más a la carreta sintió un pequeño temblor en su pecho al ver aquella luz que viajaba a una velocidad muy superior a todo lo que había visto, su sexto sentido de supervivencia se activó y como si de un mono se trata curveo su cuerpo para que aquella luz no le tocará, pero no lo consiguió, aquella técnica era muy extensa que consiguió darle en su hombro izquierdo atravesándolo.

ESO perdió un poco el equilibrio, nunca había sentido tal dolor, se enfrentó a numerosos enemigos, pero ninguno pudo lastimarlo hasta tales extremos.

Kenya al ver una oportunidad de hacer un gran daño a aquella bestia usó uno de sus mejores hechizos ofensivos.

Kenya tampoco era una chica normal, tenía una gran belleza y una aterradora reserva de mana para contar, tenía el lujo de gastar monstruosas cantidades de mana para atacar y aun así no sentirse fatigada, esto hizo que aquella chica fuera una de las 5 mujeres más codiciadas en la escuela de magia del continente de Ávalon.

Kenya no perdió mucho el tiempo y comenzó a conjurar un hechizo.

- Magia de luz de la escuela de la santidad Arzen "Caída del cielo" - gritó Kenya al conjurar su hechizo.

Un gran torrente de luz azul y blanca descendió del cielo y cayó de lleno en aquella bestia azotando contra el suelo.

Un hechizo poderoso que normalmente dejaría a cualquier hechicero adepto sin reservas de mana, pero Kenya era una excepción apenas había gastado un cuarto de su mana en aquel hechizo lo cual le daba otras tres rondas más para poder utilizarlo.

Reencarnando por culpa de un Dios [CANCELADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora