El juego del muñeco 2: Un nuevo comienzo.

El gran inicio

-Vaya, al fin los tengo a todos en un solo lugar a todos ustedes- dije con una leve voz.- Ya hacia tiempo que quería verlos.

-¿Quién eres?- dijo Andrés.

-Cierra el pico maldito Alfil- dije muy enojado.- Mi identidad no es el motivo por el cual estáis aquí. El verdadero motivo por el cual estáis aquí es porque el juego anterior no se cumplió por que el anterior anfitrión era un tonto y estoy aquí para acabar con su trabajo, bueno aunque tendré que comenzar nuevamente.

-¿De qué hablas? ¿Qué quieres?- preguntó Milena.

-Que no acabo de decir que no están aquí por eso- dije enojado.- Voy a ser más claro, el día de hoy se comenzará un nuevo juego con mis reglas y mis fichas, y sobretodo mis decisiones.

-Esto no puede ser verdad, otra vez no- dijo Jairo un tanto asustado.

-Pues es muy real, pero hay un pequeño problema, hay muchos aquí, muchos más de los que había invitado y eso me molesta aunque podría ser interesante reemplazar a algunos con otros- dije de una forma amenazante.

-A qué te refieres- preguntó Parrales.

-Va a morir aproximadamente la mitad de ustedes justo ahora- dije en voz baja.

Entonces todos se asustaron y yo alcé la cabeza y observé a cada uno de ellos, todos sus patéticos rostros llenos de miedo y desesperación, entonces me abalancé hacía uno de ellos y le atravesé el pecho con mi mano y una de ellas gritó muy fuerte "Andrés no" claramente no se siente el terror que tuvo ese grito cuando se lo lee que cuando lo viviste.

-Ya va uno, ¿quién sigue?

Entonces fue uno por uno matándolos. Desgarrando su piel, sacando sus órganos, destrozando sus huesos y sentí que la venganza que quería se estaba realizando poco a poco. Una vez terminé me puse delante de todos.

-Contemplad a su alrededor la belleza, el rojo vivo de sus amigos- grité emocionado.- Ahora si puedo darles a cada uno su puesto y comenzar el juego.

-¿Y por qué no matarnos a todos de una vez?- preguntó David.

-No sería interesante- contesté.- Algunos de ustedes son nuevos y no entenderán de que maldito juego hablamos o tal ves alguno de los que lo jugaron se los contaron y no lo creyeron, pero ahora saben que es verdad, cada una de las personas que estuvieron allí sufrieron, muchas de las personas que están a su alrededor muertas estuvieron allí, pero ahora serán ustedes. Sin embargo hay algunos de los anteriores que siguen vivos y se preguntarán por qué, pues la respuesta es fácil, tengo asuntos importantes con ellos aún. Ahora necesito que cada uno de un paso adelante y me de la mano.

Todos asustados se negaban a hacerlo, pero Jairon siguió adelante y me dio la mano la cual marque con fuego y le hice una marca con forma de brillo.

-Y esto qué es, acaso vas a jugar póker o qué- dijo Jairo.

-Pareces calmado aún presenciando todo esto, me gusta- dije de una manera sádica.

Poco a poco todos avanzaron y me dieron la mano y cada uno se llevó una marca en las palmas de sus manos y quedaron formados los grupos.

-Ahora necesito que me escuchen. Ahora todos tenéis un equipo que cuidar. Las reglas y especificaciones sobre el juego son las siguientes:

1.- En cada juego morirá una persona de cualquier equipo, pero si el líder muere todos los de su grupo lo harán igual.

2.- La duración de cada juego será según el tipo de juego que sea, podrá llegar a durar de una semana a incluso meses o años.

3.- Está prohibido hablar sobre cualquier religión, el nombrar a dios equivale a tu vida.

4.- La persona que muera en cada juego será elegida por lo estúpida que fue o por lo egoísta o por otros motivos que yo decidiré.

5.- Traten de vivir lo mayor posible porque al final... Morirán.

-Ya no hay nada más que necesiten saber más que quienes son sus compañeros y tratar de que no mueran para que todo esto se me haga más divertido- dije de una forma burlona.- Ahora necesito que todos crucen a su infierno.

Entonces abrí una puerta hacía el lugar donde los poderes que tenía eran ilimitados y podía hacer lo que quiera. Todos se callaron y sin protestar cruzaron.

-Aquí comienza su viaje a hacia su final.