Happy FullSun Day// NCT DREAM

El Regalo.

Donghyuck no había caído en cuenta de toda la treta que sus amigos habían planeado y empezó a procesar lo que parecía un rompecabezas, repitiendo la última declaración de Jisung: "todos sabemos que te gusta alguien de nosotros".

-¿A qué se refiere con todos?

Hablaba solo y ni siquiera le importó revisar si alguien lo miraba, estaba suficientemente absorto en sus pensamientos, nervioso y preocupado. Si "todos" se refiere a lo que se imagina significa que hasta la persona que le gusta lo sabe.

-Demonios y justo iré hacía él.

Lee Donghyuck siempre intentaba besar a todos, hasta a los más grandes del grupo pero en realidad, era un plan mañoso, porque podía ser un chico torpe o impulsivo pero muy en el fondo sabía hacer las cosas con minuciosa intención o eso creía. Según él lo hacía a propósito con la esperanza de cuando llegara a tal persona no fuera tan sospechoso el abalancearse hacía él. Tantas veces y maneras lo intentó y solo conseguía que aquel chico lo alejara, posando su dedo indice en la mejilla y deciéndole "alto alli" todo el tiempo. Al final el moreno se había a costumbrado a molestar a todos con exceso de cariño.
En su último vídeo casi logra besarlo y casi muere en el intento.
Aunque adoraba cuando este le ponía su dedo en la mejilla más cuando lo hacía sin aviso, era tierno y el único contacto que conseguía de la persona que le gusta desde que se conocen.

Mientras viajaba en el autobús Donhyuck reflexionaba sobre que todos sus amigos le estaban dando regalos y besos. Donghyuck inició a maquinar ideas y eso era malo. "¿A caso también me va a besar?" "¿Qué va a pasar?", una oleada de pensamientos hicieron que su corazón latiera rápido.

-Lee Donghyuck ya eres adulto y no puedes controlar tus emociones.

Se reprochaba él mismo, mirando por la ventana. Jamás se fijó que había salido de la ciudad y ahora todo lo que divisaba era un gran campo de verde césped. Revisó la nota y no, no estaba perdido iba en buen camino y faltaba una estación para que bajara. Se maldijo por sus adentros porque ya estaba tenso pero sobretodo con la expectativa. Donghyuck odiaba ilusionarse pero esta vez no pudo evitarlo.

Cuando por fin arribó a su destino bajó del transporte y en seguida fue interceptado por alguien que le tapó los ojos por detrás. El moreno se sobresaltó y si no fuera porque reconocía la voz de aquella persona demasiado bien hubiera golpeado al intruso.

-Esta es tu última parada.

-Jeno me asustaste, demonios.

No hizo sonido alguno, pero Donghyuck pudo percibir su sonrisa, aquella que le remarcaba los labios lisos y hacía que sus ojos desaparecían formando lindas líneas curveadas.
"La sonrisa más hermosa", eso pensaba Donghyuck.

-Te voy a guíar hasta un lugar y no hagas trampa intando ver, ¿está bien?

El otro asintió dado que tenía el temor de flaquear al hablar por lo emocionado que estaba, por lo mismo, intentaba con todas sus fuerzas mantenerse firme.

Unos cuantos metros y Jeno nunca dejó ver a Donghyuck hacía dónde se dirigían y tampoco se hablaron. "¿Es esta una broma? Siento que me voy a desmayar", se decía Donghyuck enojado por sentirse como una chica de secundaria enamorada.

-Ya llegamos, ¿listo?

Jeno separó sus manos del rostro del otro chico y al destapar su vista, este tuvo que abrirlos cautelosamente para no ser lastimado por la luz solar. Y lo primero que vio, fue un océano amarillo.

Parpadeo varias veces y aún así no se creía lo que veía.

Un extenso terreno tapizado de girasoles lo rodeaban a él y a Jeno. Tan grande que pareciera perderse en el horizonte y Donghyuck no había visto jamás algo tan único. Las flores eran imponentes, de distintos tamaños y a pesar de ser de la misma especie cada una tenía algo especial, su propia esencia.