More than admire.

Capítulo Único

Sus pasos resonando en el oscuro callejón era lo único que se escuchaba en esa fría noche. Sacó su mano del bolsillo de su pantalón y observó por milésima vez la hora; faltaban tan solo unos minutos para que el chico apareciera. Retomó su acompasado andar, esperando que sus notas no estuviesen mal, aunque no cabía duda de que eran acertadas.

Llevaba, aproximadamente, cuatro meses observando al joven y aclamado héroe Hawks, analizando y estudiando por si solo las rutas que el chico normalmente usaba para dirigirse a su agencia de héroes, tomando nota de su horario de salida y entrada, las rutas que diariamente deambulaba, las zonas que frecuentaba haciendo trabajo, e incluso la dirección del departamento en donde éste vivía. Había creado una obsesión hacia el chico luego de ver su presentación en el ranking de héroes; la manera en la que veía el mundo y sus ideales lo cautivaron. Un héroe con tal convicción no era muy fácil de hallar, debía aprovechar esa instancia.

A la distancia escuchó un leve aletear seguido de un silbido, como si alguien tarareara una canción.

No cabía duda, era el héroe.

Con la calma que lo caracteriza, continúa caminando hasta tomar lugar en una muralla, apoyando su espalda en ésta, esperando tranquilamente a que el chico hiciera acto de presencia. En pocos segundos, escucha con claridad el suave silbar, haciendo una nota mental del estilo de música que el alado héroe acostumbraba escuchar.

Cuenta mentalmente, moviendo su cabeza de lado a lado con cada segundo, hasta llegar a tres y dejar que las llamas se apoderaran de sus manos, enviando la ráfaga azul de fuego en el momento exacto en que el chico pasaba frente a él.

Como lo suponía, el ágil hombre logró esquivarlas sin vacilar.

Ahora se encontraba volando sobre su cabeza, cruzado de brazos y con su típica sonrisa arrogante. Dabi trata de plasmar esas expresiones en su subconsciente.

Vaya, vaya. Que tenemos por aquí… –Lo escucha hablar, su voz haciendo eco en el callejón y en la cabeza del pelinegro-. Dabi, el villano culpado por múltiples muertes causadas por profundas quemaduras. Tienes un quirk muy potente, eh. –Señala, comenzando a descender lentamente hasta tomar lugar frente al pelinegro-.

Gracias. –Susurra Dabi, dedicándole una sonrisa torcida y produciendo un poco de fuego para iluminar el rostro ajeno.

¿Y? ¿A que debo tu maravillosa presencia? –Mirándolo con desconfianza y sarcasmo en su voz, abre ampliamente sus alas para intimidar al villano. Dabi solo quiere arrancarle su preciosa arrogancia, pluma por pluma.

Solo quería verte y comprobar por mí mismo por qué todo el mundo te ama. –Admite, comenzando a caminar lentamente hasta el chico, sintiéndose conforme al verlo vacilar por su respuesta-. Pero creo ya saber porque lo hacen… En realidad, hace meses ya lo había descubierto.

Hawks solo atina a activar su quirk, sin demostrar duda en sus acciones, controlando sus plumas hasta que estas casi tocan el rostro del pelinegro, pero ni siquiera eso lo detiene. El villano continúa con su andar, como un gato callejero acechando a su próxima cena delinea sus labios con su propia lengua, saboreando la distancia acortándose entre su cuerpo y el contrario.

No me digas… ¿Estabas espiándome? –Murmura el héroe, llevando una de sus manos hasta su mentón, comenzando a reírse levemente-. Vaya, me siento alagado.

Deberías. He descubierto cosas muy interesantes sobre ti, cariño. –Haciendo énfasis en la última palabra, se lanza sobre el alado cuerpo contrario, apresándolo contra el frio asfalto-. Eres un héroe excepcional. ¿No? –Susurra con aire elocuente, acercando sus tibias manos hasta los lentes del chico, levantándolos con parsimonia y revelando la arrogante mirada de este.

Y tu un gran villano. ¿No? –Responde con el mismo tono de siempre, invirtiendo las posiciones y sentándose a horcajadas sobre la pelvis del chico, aprovechando el momento para capturar las manos contrarias entre las suyas-. Ah, creo que me equivoqué con eso, mi error. –Soltando una burlona carcajada, se acerca hasta el rostro del pelinegro, analizándolo con la mirada-. Si me dices a que has venido, podría entrar en razón y dejarte escapar. ¿Qué dices?

Ya te dije, solo quería verte. –Contesta, impulsándose hacia adelante, sintiendo la calidez emanando del rostro del chico-. ¿Sorprendido?

No eres el primero en tratar de asesinarme, si a eso te refieres. –Contesta, sin mover ni un solo musculo.

Pero si el primero en hacer esto. ¿No? –Y sin esperar respuesta alguna, el pelinegro termina de cortar la distancia, juntando sus labios con los ajenos en un torpe beso. Sin medirse, y aprovechando la sorpresa del héroe, logra colar su cálida lengua en la cavidad bucal ajena, dejando una, para nada inocente, mordida en el labio inferior del chico alado sobre él. Suelta un jadeo ante el dolor en su brazo izquierdo y se separa del chico, delineando sus labios para no dejar ni un rastro de saliva.

Eres un pervertido. ¿Eh? –Lo escucha hablar, seguido de un nuevo punzar en su brazo derecho. En un afán de defenderse, el héroe había roto ambas articulaciones.

No lo creo… -Murmura en respuesta, sintiéndose desvanecer. Así que hasta ahí soportaría. Antes de desvanecerse, logra ver una sonrisa burlona en el rostro del chico, acompañada de un pequeño rubor en sus mejillas.

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¡Dabi, eres un inútil! ¡Débil, débil! –Escucha a su compañero hablar, observando la frenética manera en la que movía sus manos, señalándolo de forma acusadora.

Tienes razón, lo soy. –Admite, soltando un suspiro, sentándose en el frío suelo del lugar. Dirige su mirada al rostro ajeno, observando nuevamente el frenético movimiento de sus manos, seguidas de una voz más ronca que la inicial.

No deberías enamorarte de un héroe. –Murmura Twice, llevando una mano a su mentón, concentrándose en buscar una solución al pesar de su amigo villano.

Supongo que tienes razón. –Susurra, sonriendo ladinamente, relamiendo sus labios al recordar el rostro del héroe. Esperaba volver a verlo nuevamente-. Oye, Twice. Hagamos eso otro día nuevamente.

¡Ni de broma! ¡No desperdiciaré otro clon en ti, basura! –Una tos, seguida de una voz más grave y un par de pulgares arriba en señal de aprobación-. Cuenta conmigo.