Capítulo Uno "Secreto"

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Capítulo Uno

Secreto

- Sebastián ...¿Qué se siente ser padre ? - dice con voz de burla John, la mirada desenfocada, deprimida del duque por su estado de depresión en los últimos dos años no son los mejores.

-Se siente...un sentimiento que no tengo palabras para explicar.- John lo mira a los ojos y veo en ello esa mirada de amor que él tenía años atrás.

La débil risa de John dan alegría en un momento de tensión en su vida. Sebastián lo mira con rencor por hacer ruido, porque sus hijos (mellizos) se pueden levantar son sensibles al ruido.

John revira los ojos, consciente que a su amigo le encanta tener a sus hijos en brazos. Ardid, su esposa, se encuentra delicada de salud por el parto. Me hace a un lado, para ir a hablar con ella. Ella es todo lo que una mujer perfecta es, hermosa, delicada y dulce me salvo a mí a ver cometido suicidio años atras.

-¿Amor eres tú?-dice Sebastián, me río y niego con la cabeza.

-Parece que su amor es muy puro contaminan mi aire-exclamó de indignación fingida, intento sonreír y falló. Ardid sabe bien cuando no lo hago de manera sincera, me conoce tan bien que hay veces que me asusto de no conocerme bien a mi mismo.

La mirada que me otorga ella, calculadora como si analizará todos mis gestos, todo de mi evaluando cómo me encuentro, me desconcierta.

-Volvisteis pensé que no lo harías jamás .

-¡Pamplina! - Sonrío de medio lado aunque yo también pensé eso- tengo negocios, casas, terrenos, títulos que defender. No puedo estar todo el día del año al lado de la botella de licor, aunque eso no me engaña nunca.

-Estás mal John, pero no te diré nada más -me sonríe.

-Felicidades por tus hijos , es increíble que ese pequeño cuerpo haya dado a luz a dos hijos, un heredero y una pequeña princesa y mira que tú subías paredes, árboles de todo.

-¿Quién trepaba paredes?-entra el duque Detroit con sus hijos en brazos, una en cada mano. Ardid ayuda con uno de sus hijos que están dormidos y lo colocan en la cuna que tienen en el despacho de Sebastián.

-El mono

-¿Mono? -frunce el ceño mi amigo y mira a su esposa que está eclipsada por sus hijos, él olvidándose de cualquier pregunta que iba a realizar mirando idiotizado a su esposa con sus hijos.

-Los dejo solo mejor-me despido.

-John tu heren...

-Lo sé, lo sé-hago un gesto despreocupado con la mano- ya estoy haciéndome cargo de eso.

Sin más preámbulo , lo corto retirándome del despacho y de esa vida que en algún momento pudo ser mía pero con otra mujer-agito la cabeza olvidándome de esa idea- esa mujer era mala y sólo buscaba mi dinero sin importarle como pisoteaba mi corazón al decidir casarse con otra persona.  

EL LADO OSCURO DEL DUQUE DE LA CASADonde viven las historias. Descúbrelo ahora