13

962 129 13
                                    

Estábamos sentadas en la azotea y el gran famoso silencio adornaba entre nosotras dos, por fin pude abrir mi boca.

-Subete las mangas.

Levante mi mirada, ahí estaba también estaba helada por lo que dije, seguro ya estaba por entrar en pánico.

-¿Y?.

Está solamente levanto me hizo caso, levantó unas de sus mangas donde se encontraban unos cortés uno más viejo que otro.

-¿Por qué, Joy?.-Dije agarrando sus manos con fuerza, quería hablar pero mi voz se partía, trague en seco, no puedo evitar llorar sin embargo empezé decirle el porque lo hacia, no me gustaba para nada ver eso en sus brazos.

Ella seguía callada mientras yo le gritaba que no debía hacerlo eso, que había varias formas de desahogarse, del porque lo hacia y seguía insistiendo, me estaba desesperando, no podía evitar mis lágrimas caerses, ella seguía callada sin mirar nada, me levanté de mi lugar, la ayuda a que se parará para dirigirme a la enfermería, tenía que curar sus cortes.

Oye, ¡Joy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora