Capítulo 6: "Las amistades de cristal"

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Nora estaba completamente sumergida en su clase de epistemología, todo le parecía tan complicado e interesante al mismo tiempo.

Estaba segura que ella pertenecía a los libros, a las letras, habían sido su único lugar a salvo cuando se sentía tan perdida en el resto del mundo.

La muchacha no entendía demasiado, ni de aquella clase ni de la vida misma tampoco. Había ratos en donde se perdía en sus pensamientos y parecía desaparecer del plano terrenal por completo.

Y es que el plano terrenal apestaba la mayoría del tiempo,al menos el suyo. No quería parecer desagradecida con lo que tenía, ni mucho menos al borde de una depresión, pero ella sabía que así era.
Tenía muy poco por lo que aferrarse al mundo.
Tenía a su madre, casi ningún amigo de verdad.
No se había enamorado de nadie nunca. Nadie se habia enamorado de ella tampoco.

Se aferraba a sus pequeños sueños, pedía muy poco a decir verdad. Conocer un destello de felicidad verdadera. Lograr una vida más estable de la que tenía, encontrar un poco de amor, y no morir en el intento.

Pensó que quizá pedía demasiado, para haber vivido en un mundo dónde nada parecía ser suficiente para nadie.

Habían pasado algunas semanas ya desde qué había vuelto a tener contacto con Ryder.
Lo había visto varias veces después de aquella ocasión, ahora lograban entablar conversaciones un poco más coherentes.
Al principio fue extraño, pues Nora pensó que no volvería a ver al muchacho después de que se alejo en el subterráneo la primera noche.

Así que cuando vio a Ryder aparecerse por La Fuente un día cualquiera después de aquello, le pareció de lo mas extraño. Se sorprendió incluso. Verlo ahí con su expresión despreocupada y tranquila la ponía de los nervios, no era para nada justo que la presencia de aquel hombre le inquietará tanto y él no pareciera tener una sola célula fuera de lugar.

La descolocaba muchísimo, pero ella sabía perfectamente como mostrar otra cosa.

Se sintió mal por aquello, por hacer tan bien algo como eso, ocultar sus sentimientos.

Era una buena mentirosa y ella lo sabía. Pasaba la mayoría del tiempo fingiendo sentir otras cosas;

Fingía que no le preocupaba muchísimo Jocelyn.

Fingía que no se sentía extremadamente sola.

Fingía que soportaba la presencia de su padre.

Fingía que Ryder no la inquietaba en absoluto. Hacia como si no le importase.

Era como si toda su vida se limitara a eso; a fingir sentimientos que no eran reales.

Aquella noche el muchacho se limito a saludarla, a preguntarle si estaba bien y ordeno sopa, algo para tomar, comida para llevar y cervezas.

Nora hizo exactamente lo mismo. Se dedico simplemente a atenderle y hablar poco, sin embargo, ella tenía el pequeño sentimiento, quizá estúpido incluso, de que él muchacho no solo quisiera sopa; si no verla también, y saber como estaba.

Sacudió la idea inmediatamente, no era una verdadera posibilidad. Estaba muy fuera de su alcance.

Además Ryder no parecía ser el tipo de hombre que verdaderamente le interesa ver como estás; parecía el tipo de chico que busca algo en especifico de ti, y en el momento que lo obtiene, para cuando te das cuenta, ha desaparecido para siempre.

No decía que fuese un mal tipo, pues ella poco sabía sobre él ahora. Pero no lo consideraba realmente el mejor partido para cualquier chica, aquel hombre cargaba con cosas que ella nunca podría entender, cosas que nadie nunca en el mundo podría ayudarle a cargar, se dijo Nora una noche donde no lograba conciliar el sueño.

Algunas semanas después, Ryder volvió una noche cualquiera a La Fuente y la invitó a tomar un café.

Ella se quedó bastante sorprendida ese día, pues Ryder hablaba más de lo normal y parecía ser amigable con ella.

Y no es que antes fuese grosero o algo así, sólo qué el cambió en su actitud era bastante notorio.

Lo primero que hizo Nora al respecto fue desconfiar. Le parecía demasiado extraño el cambio de humor de aquel hombre.
Intento dejarlo estar, pero tenía la duda atizándole por dentro.

Estaban caminando hacía el café cuando ella no se aguanto y le preguntó:

=Ryder.=lo llamo.
Ël volteo a verla, parpadeando levemente.

Nora se quedo observándole fijamente un momento, le estaba mirando directo a la cara, Ryder tenía las pestañas largas, y curiosamente rubias, como el resto de su cabello.
No tenía la piel blanca y pálida como la de ella. Era un tono distinto, pero no sabía como definirlo. Era imposible negar el atractivo de aquel hombre. Y no era algo físico solamente, si no algo en su actitud, en su manera de moverse, de hablar.

Algo en su manera de ser.

Y aquella noche a Nora le resultaba aún más evidente, como si no hubiese podido verlo bien antes, pero ahora le saltaba a la vista.

La sonrisa, vaya sonrisa bonita tenía aquel muchacho.

La voz de Ryder la saco de sus pensamientos:

=¿Tengo algo en la cara?.=le dijo él.

=¿Qué?.=dijo ella confundida, no había entendido a qué se refería.

El soltó una pequeña risita, la miró a los ojos también.

=Me estás mirando Nora, directo a la cara.=le dijo alzando un poco las cejas.
El muchacho hizo el pequeño ademán de recoger las piernas para quedar a la altura de ella y se aceró un poco.

=¿Qué tengo?.=le dijo él.

Nora tragó saliva, inmediatamente se puso nerviosa y se sintió desorientada y tonta.

=Nada, no tienes nada.=dijo ella apartando la mirada y adelantándose un poco de él.

El muchacho se rió y la alcanzó rapidamente.

=¿Qué ibas a decirme antes?.=le pregunto.

Aquella noche, Nora estaba actuando un poco raro, pensó Ryder, se veía como desconfiada y arisca.¿Le habría pasado algo?

Ella dudo un momento antes de responderle:

=Estás un poco...Extraño hoy.=dijo ella.

Ryder la miró:
=¿De verdad?.=el muchacho se sobo un poco la barbilla y se sintió los incipientes vellos crecientes de la barba que había olvidado cortar aquella mañana.

Él sabía a que se refería ella. Continuo hablando:

=Estoy de buen humor, supongo.=le dijo.=gané algo de dinero en una pelea hoy, creó que me compraré otra moto.=termino el muchacho.

Así que eso era lo que lo tenía tan contento, pensó Nora.

Sonrío, era bueno ver al muchacho así.

Esa noche fue bastante agradable, recordaban ambos.

Tomaron café y hablaron un poco más que de costumbre. Lo cual suponía un avance bastante amplio.

Sin embargo, ninguno de ellos entendía muy bien aquella situación.

Era extraña.

Nora era muy mala para socializar, nunca había tenido amigos hombres, en realidad no había tenido amigos ni amigas casi nunca.
Pensó en su madre, en Elena, eran lo más cercano a amigas que había tenido. Pero no sabía como tratar con chicos, a decir verdad, y menos con aquella clase especifica de chicos; Los que la habían conocido de antes.

Ryder era peor que ella. No sabía como socializar en absoluto, no le interesaba siquiera hacerlo, excepto por aquella ocasión.
El único contacto amistoso con mujeres que había tenido fue el de su madre, por qué después,de casi todas las mujeres que habían llegado a su vida ninguna había sido precisamente su amiga.

Bueno, quizá había existido una sola mujer que había sido su amiga, una verdadera amiga, y para él, algo más que eso, pero no valía la pena hablar de ella.

Además, Ryder seguía pensando en el eterno dilema; ¿Debía considerar a Nora una chica de verdad? Es decir, ella era una, pero a la vez.... No.

La muchacha le inspiraba un tipo de confianza que no solía sentir con muchas personas. Por eso había querido volver a verla.

Ambos habían vuelto a verse varias veces después.

Contra todo pronostico, empezaron a hacerse amigos. Una extraña clase de amigos, claro.
Nora evitaba todo tema relacionado con su proceso de transición, y a pesar de que Ryder se había mostrado curioso al principio, pronto dejo de prestarle atención.

Ryder sentía que podía confiar en ella.

Nora entendió que a pesar de la apariencia de aquel hombre, era amigable y resultaba entretenido pasar tiempo con él.

Quizá no era una situación demasiado normal, era inesperada y podía salirse de control an algún momento por el carácter de ambos, ella era demasiado desconfiada, él era demasiado resentido.

Ambos cargaban con pesos diferentes y tragos amargos, no se parecían en casi nada, pocos intereses en común compartían.

Sin embargo, ella le escuchaba con mucho interés contarle acerca del boxeo, de las peleas y de las cosas que el hombre pensaba.

También él, le ponía mucha atención a ella cuando hablaba de sí misma, de la universidad, cuando contaba anécdotas de su trabajo, o cuando ella se reía.

Tenía una risa contagiosa. No habría sabido como explicarlo, pero siempre que la veía y la escuchaba reír, algo dentro de sí mismo quería reír con ella.

Quizá aquella situación no durase demasiado, y se evaporará en el tiempo rapidamente, pero valía la pena quedarse a ver. Pensaron ambos muchachos.

******************************

Algunas semanas después, cuando Ryder volvía de su entrenamiento en el gimnasio, cansado y de mal humor, estaba sentado en su sillon comiendo un poco de sopa en lata cuando su teléfono móvil sonó de manera estridente en la pequeña mesa al lado de su cama.

Se levanto de mala gana para recoger el aparato, ni-siquiera se fijo en quién llamaba, simplemente presionó el botón verde y se puso el teléfono en la oreja.

Supo que había cometido un grave error en el momento en qué escuchó la voz que hablaba desde la otra linea. Era imposible no reconocerla.

No dijo nada, simplemente escuchó:

=Ryder ¿eres tú?.=dijo la persona en al otro lado del teléfono.

Se tomo un momento antes de contestar.
Pensó seriamente en colgar, lanzar el aparato por la ventana y evadir cualquier situación que tuviera que ver con aquel sujeto.

Pero por el otro lado ¿Que caso tenía seguir evitándole? No podría hacerlo para toda la vida, ya lo había intentado y sabía cuan persistente podía ser.

Era su hermano.

Nick, su hermano menor con quién había evitado hablar desde hace casi dos años.

Lo había ignorado, despreciado, rechazado y evitado de todas las maneras posibles durante todo ese tiempo que su hermano trato de acercarse a él.

No quería verlo, no quería escucharlo.

Pero supo qué no tenía demasiado caso ignorarle más. Él seguiría insistiendo.

Le sorprendía que incluso hubiese tardado tanto en volver a llamarle, casi 5 meses desde su ultima pelea por teléfono.

Nick, el perfecto, insufrible y bueno de Nick.
Siempre tratando de salvar a su hermano mayor de su propia estupidez.

=Si, soy yo.=respondió Ryder con tono despreocupado.

Ryder escucho la respiración de su hermano desde el otro lado de la linea.

=¿Vas a colgar?.=preguntó

=¿Qué quieres, Nick?.=dijo Ryder con tono serio.

=Hablar, saber de ti.=respondió su hermano.

=No hay nada que saber de mí.

=No creo eso.

=Es tú problema, no el mío.

Su hermano soltó una risita que sonaba ironica en oídos de Ryder.

=No cambias, Ryder.=le dijo.

=No tengo nada que cambiar.=respondió secamente.

Nick suspiró, lo difícil que era hablar con su hermano. ¿Por qué tenia que ser de esa manera? Un poco de ayuda por parte de Ryder no habría caído nada mal al asunto de intentar arreglar las cosas.

=¿Como has estado, Ryder?.=le dijo.

=Bien.

=Me alegra saberlo, a veces me preocupa que...=Ryder no lo dejó ni siquiera terminar su oración ¿preocuparse por él?

Por eso detestaba hablar con su hermano. Él sabía muy bien que aquello no era más que una farsa, a Nick no le importaba él en absoluto, estaba muy ocupado con su perfecta vida como para preocuparse por alguien que no fuese él mismo.

=Si a eso llamas Nick, ahórratelo, estoy bien.=le respondió con un deje de fastidio.

Sin embargo, su hermano siguió presionando, tenía un solo objetivo y pensaba cumplirlo a como diera lugar.

=Voy a ir al grano, si es lo que quieres Ryder.

=Perfecto, tengo cosas que hacer.=le dijo a su hermano.

=Me gustaría verte.=le dijo Nick finalmente.

Ryder quiso lanzar el aparato por la ventana, esta vez seriamente.

Nisiquiera pensó su respuesta.

=No.=dijo

=Ryder...

=No, Nick, no es una buena idea.

=¿Por qué no? Eres mi hermano mayor.

=Al demonio con eso, estoy ocupado.=dijo Ryder tratando de cortar el tema finalmente.

=Por favor, de verdad qué es importante.=le dijo Nick con tono serio.

Ryder se lo pensó un segundo antes de responder, pues su hermano había sonado bastante serio esta vez.

=¿Tiene que ver con papá?.=le dijo Ryder.

=No.. Es sobre otra cosa.

=Si está enfermo no me importa.

=No hables así Ryder, por Dios, es papá.=le reprendió su hermano.

A Ryder le importo más poco que nada.

=Por eso mismo lo digo.=respondió con fastidio.

Nick prefirió cortar con aquel tema, pues sabía que no llegaban a ninguna parte con eso.

=Es sobre tú y yo Ryder, creó que aún hay cosas de las que tenemos que hablar.=dijo seriamente el menor.

Ryder rodó los ojos inmediatamente, no aquello otra vez, por favor.

=Pensé que las cosas estaban claras, hermanito.=le dijo resaltando la ultima palabra para molestarle.

=No seas resentido.=le dijo Nick.

Algo en aquella palabra le golpeó en la cabeza como si hubiese sido un puñetazo directo a su cara.

"Resentido", vaya palabra. Que palabra tan puta.

Porque eso era exactamente lo que era, era un completo y total resentido;

Con la vida.
Con su padre.
Con su hermano.
Con sí mismo.

Era un resentido en toda regla.

Pero no estaba dispuesto a admitírselo al perfecto y auto suficiente de su hermano.

Sin saber claramente que estaba haciendo o diciendo, le respondió con voz firme:

=Esta bien, veámonos.

Se arrepintió en el mismo instante en que las palabras le brotaron de la boca.

=¿De verdad?.=preguntó Nick.

=Si.=dijo él.

=¿Hoy en la noche, está bien para ti?

=Si.=dijo Ryder. No pensaba detenerse ahora.

=Bien, te mando la dirección en un momento.=dijo Nick evidentemente sorprendido aún por aquello.

=Bien, adiós Nick.

=Nos vemos, Ryder.

Colgó antes de poder decir alguna estupidez mayor.

Antes de preguntar por algo que no debía, o por alguien.

Le llegó la imagen a la cabeza en un solo segundo.

Su hermano, con su estúpida mochila de universitario y su apariencia de niño pijo, yendo de aquí para allá, metido entre libro y libro, siendo elogiado por todos.

Humillándolo con solo existir. Parecía haber nacido simplemente para ser mejor que él en todo.
Era mejor estudiante, decían; mejor amigo, mejor hijo, mejor compañero. Inclusive era mejor persona.

Lo vió nuevamente, algo más mayor, vestido con su jodido traje de marca y sus zapatos caros que le había regalado papi.

Lo vio tomado de la mano de una chica; joven, bonita.

Lo vio quedarse con la única mujer de la que Ryder se había enamorado en toda la vida. Porque hasta para eso, Nick era mejor.

"Menudo resentido" se dijo a sí mismo.












Ryder and Nora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora