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Aitana tuvo la genial idea de ir a un centro comercial a pasar la tarde y hacer eso con ellas me recordó a aquella vez que fuimos a El Corte Ingles cuando estuvimos en la academia. Recordar esas cosas siempre eran especiales y más si lo hacíamos juntas.

- ¿Cuánto tiempo te quedas en Barcelona? - La pregunta de Miriam me pilló desprevenida y mas que me lo preguntara cuando Amaia y Aitana iban unos pasos por delante. La verdad es que parecía interesada.

- No lo sé, ¿por?

- Saber... pero, ¿Estas en un hotel?

- Si

- Ana, pensaba que estabas en casa de Raoul! Puedes venirte a dormir a mi casa que tengo espacio de sobras, además mis padres estarán encantados. - Parece que Aitana nos estaba escuchando y no dudó en ofrecerme ayuda.

- No hombre, si no quiero molestar. Tampoco creo que me quede mucho tiempo, no hay nada que me ata en Barcelona. Pero gracias, amor

- Hombre, ahora que estamos juntas podríamos quedar más. Yo estoy en casa de Raoul.

Si la leona me pedía que me quedara en Barcelona, yo me quedaba en Barcelona.

- Bueno, si no es molestia...

En verdad me sabia mal pero si tenía pensado quedarme más tiempo era la mejor opción para no gastarme tanto dinero...

- Genial, oye os venís el Sabado por la noche al concierto de Alfred? Lo hace en un bar y se está muy bien, también vendrán Nerea, Raoul y Cepeda

Cuando terminamos de comprar decidimos despedirnos ya.

- Ana, te acompaño en coche al hotel para recoger las cosas y te llevo a casa de Aitana-

- Yo os acompaño y así me dejas en casa, Miriam

Nos despedimos de Amaia, que se iba con su hermano, y nos fuimos hacia el coche de Miriam.

- ¿Has venido desde Galicia en coche?

- Ya sabes que me gusta conducir, bikina. - Y me dedicó una sonrisa que hizo que mis piernas no respondieran.

- Vamos Ana, entra al coche, que mis padres van a hacer la cena.

Me puse en la parte de atrás pero en dirección diagonal a Miriam, así la podía observar. Una vez llegamos al hotel Miriam se ofreció a ayudarme a buscar las maletas y yo no me opuse. Subimos y me puse a hacer la maleta rápidamente.

- ¿Y desde cuando no estás con Jadel?

Eso me impactó. Simplemente la miré y respondí.

- Unos 2 meses y algo más.

- Ah - No dejaba de dar vueltas por la habitación y observarla. Me estaba poniendo un poco nerviosa.

- ¿Y tú con Pablo?

Se detuvo al otro lado de la cama y me miró.

- Mas o menos lo mismo. Le dejé por ti.

Eso sí que no me lo esperaba

- ¿Como que por mi? Miriam ,te dejé tirada.

- Ya lo sé, pero yo no me podía olvidar de ti y sentía que engañaba a Pablo con el pensamiento. Pero tranquila que eso ya no me pasa. Bueno, ¿te falta mucho?

Pero tranquila que eso ya no me pasa. Esa frase me dolió más de lo que pensaba. Es verdad que lo habíamos arreglado pero, joder, no hacía falta ser tan directa.

- No, ya estoy

Bajamos del hotel y entramos en el coche. Nos llevó a casa de Aitana y para despedirnos nos dimos dos besos. La observamos hasta que ya no se veía su sombra por la carretera y entonces entramos a casa.

Los padres de Aitana siempre me habían tratado muy bien y me hacían sentir como en casa.

A la mañana siguiente Aitana me despertó como cuando nos quedábamos juntas a dormir en los hoteles cuando 'Lo Malo' lo estaba petando. Sin duda era mi hermana pequeña.

- Vamos Ana! Que hoy nos espera un dia genial. Vamos a pasarlo dando una vuelta por Barcelona con los chicos. No tardes en despertare que en 1 hora viene Miriam a recogernos.

Se tumbó a mi lado.

- Ana

- Dime, amor

- ¿Tu sabes que le pasa a Miriam?

- Porque me haces esa pregunta

- Desde que lo dejó con Pablo está muy rara. No está como siempre.

- No sé, ya sabes cómo son las rupturas.

- ¿Como la tuya con Jadel?

- No, como la tuya con Vicente

- Vamos a dejar esta conversación porque se nos está yendo, venga que te espero abajo con el desayuno.

Me duché y me vestí como un rayo. Baje a desayunar y la verdad es que hacía tiempo que no desayunaba tan bien. Tenían aguacates. Picaron al timbre.

- Voy

Aitana se levantó de la mesa y fue a abrir. A los pocos segundos entró una leona a la cocina.

- ¡Buenos días familia!

Esta mujer estaba guapa y con llena de energía en todo momento. Saludó a Cosme y a Belén con dos besos y un abrazo. Cuando llegó a mi me levanté y le saludé de la misma manera. Se sentó en la silla de al lado.

- Bueno voy a buscar mi bolso para poder irnos. Ana, ¿te traigo lo tuyo?

- No tardéis, que he dejado a Raoul, Nerea y Cepeda dentro del coche, estarán criando pollitos porque con este calor...

- No Aitana, ya voy yo.

Fuimos rápido a por nuestras cosas y nos dirigimos las tres al coche. Amaia y Alfred nos esperaban en el centro comercial.

Me senté de copiloto. Miriam puso su lista de reggaeton del coche a todo volumen. Me encantaba verla conducir.

- ¿Que miras tanto Ana?

Se dio cuenta de que la estaba observando pero no me importó poruqe no le aparté la mirada cuando nuestros ojos se cruzaron.

- Te miro a ti, estas muy guapa.

El día de hoy iba a estar muy guay.

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