Dia 1 Parte 3

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¿Eso que quería decir? ¿Qué significado tenía ese pero? ¿Me estaba dando a entender que había llegado tarde? No. No significaba nada. Ahora el rostro de Leo estaba borroso y era porque mis ojos se llenaron de lagrimas. Esta era yo con el corazón roto.

- Jo, lo siento... no sabía- retire mi mano cuando quiso tomarla.

Me sentí mal. Pues era la primera grosería que le hacía. El comenzó a rascarse la nuca y revolverse el cabello. Esto no había salido bien y ahora se formaba una pared entre los dos.

- Solo quería decir lo que sentía- miré sus ojos- Leo escúchame, no tienes porque disculparte.

- ¿Segura?

- Si, solo...solo quería sentirme libre

Sonreí. Sonreí solo para él pues no estaba feliz. No quería hacerle las cosas más pesadas ni armar un drama en la cancha. Suficiente tenia que lidiar él con Laura. Además sabia que ahorita eramos el espectáculo para cierto par de ojos metiches. Y tampoco quería preocuparlos.

- ¡Josefina! Se nos hace tarde para el cine- escucho que grita Lucas. Él sabía que esto ya estaba durando demasiado y que necesitaba una ruta de escape. Cómo amo a Lucas.

- ¿Seguro que no nos acompañas al cine?

- Ya estoy ocupado- me contestó.

- Ya nos vuelves a dejar por ella- dije como despedida.

Mitad verdad y mitad por resentimiento. Sin más me dirigí con los otros dos que me esperaban. No comentaron nada, pues las acciones decían todo.

Que rápido cambian las cosas, sentía que había saltado y no había llegado al otro lado. Caía. Me sentía que iba en picada. El corazón puede lastimarse de diferentes maneras. Se le agregaba una grieta más. Sentía era la persona menos querida e insignificante por ser rechazada.

Lucas se despedía de nosotros. Santiago y yo caminábamos en silencio.

- ¿Qué te pareció la película?

- Estuvo bien.

- ¿Pusiste atención?

- La verdad no

No quería que me preguntara. No quería hablar del tema. Pero había fallado en ver la película asi que no podía hablar de ella.

- ¿Quieres ir a mi casa?- propuso.

Asentí con mi cabeza y de la nada me tomó de la mano.

- ¿Corremos?- volvió a proporner.

Sin asentir comencé a correr con él a mi lado a toda velocidad. Al poco tiempo era jalada por el agarre de Santiago. Obvio él corría más rápido que yo, pero aun así trataba de mantenerse a mi nivel. Amaba sentir el viento en mi cara y como secaba las lagrimas con facilidad. con mi cabello recogido era aun más fácil.

De la nada comencé a reir en silencio. Toda esa energía negativa de alguna manera tenia que irse. Y Santiago propuso correr. Ambos parecíamos unos locos corriendo a nuestra manera, sin importar que, al cabo ya estaba oscuro y no había mucho publico por nuestras calles.

Viendo la casa de la abuela de Santiago pudimos divisar la figura de una persona. Mientras más nos acercábamos supimos que era de Leo.

- Te busqué en tu casa, como no estabas supuse que estabas aquí.

Mi Día SeisWhere stories live. Discover now