[al ritmo de las palpitaciones acústicas.]
el corazón;
como un letargo eterno e inmutable
que contempló la ráfaga del olvido,
como un alarido atípico e inestable
que desordenó la paz por cohibido.el latir;
como un silbido en la conciencia
que se escucha a pesar del griterío,
como un gemido de impaciencia
que llenó de argucia el desvarío.el pulso;
como un dicterio frío entre la nada
que confundío el sentir con aflicción,
como una peripecia de escena osada
que volvió la calma destrucción.la vida;
como una grieta entre la lógica
que recreó las ruinas al surgir,
como un sonar de la sinfónica
que ensordeció a crudas el oir.los humanos;
como seres incapaces de huir...