[al pasar de los años.]
yo;
no anclé mis retoños al agostamiento
ni calé nebulosas en el plano celeste,
no dí ósculos por triste razonamiento
ni arrobé entre mis piernas la peste.
no creé más orbes y multiversos
ni rompí mi faringe con gimoteos,
no lloré por denigrar a mis versos
ni imploré en mi cuerpo aleteos.
no;
porque le fuí fiel a la vulgaridad
que por efímera ignoró el rigorismo,
porque le fuí infiel a la inseguridad
que por imberbe no probó el egoísmo.
porque no entendí la corrosión
ni acallé las calumnias con floreos,
porque no amilané la depresión
ni aceleré el tiempo con estentóreos.
no, ¿por qué?
si la bruma llenó todo rastro de inocencia
y cesó la empatía con nocividad.
no, ¿para qué?
si no soy más que otro lar en la insolencia
que carece de tacto y humanidad.
