Capítulo 4

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Jamás en la vida había tenido una clase de defensa tan tensa como esa, era como si ambos chicos no me quitaran la mirada de encima durante toda el entrenamiento, obviamente era producto de mi imaginación pero ellos lograban ponerme así sin siquiera intentarlo. Al término del entrenamiento salí corriendo a mi oficina, no quería ver a nadie, solo quería relajarme por primera vez en mucho tiempo.
Por la tarde decidí tomar una siesta en lugar de comer, me sentía extrañamente cansada, pero estaba bien porque esa noche me tocaba guardia. Al despertar, mi estomago exigió algo de comer, tal vez había dormido más tiempo del que me hubiera gustado, pero justo a tiempo para la cena. Salí de mi oficina y me topé con él.

–Martín ...
–Hola -sonrió mostrando unos bellos dientes blancos como perlas- ¿donde estuviste toda la tarde? No te vimos más
–estuve en mi oficina
–ya veo
–Martín... quería disculparme, no pienso que seas el más débil, al contrario pienso que eres muy hábil y fuerte, lo has demostrado, solamente me preocupaba tu pierna y su recuperación -exhalo-
–yo venía a disculparme por ser un tonto, no me molesta al contrario sé que te preocupas y puede que me exaltara un poco, pero no quiero que pienses mal de mi
–no, jamás pensaría mal de ti, es solo que ninguno descanso lo que me hubiera gustado que descansaran
–somos chicos... -se rasco el codo- peculiares, no queríamos sentirnos inútiles, ya suficiente tenemos con qué Isaza lo sea -ambos reímos- pero en serio, estamos bien
–lo sé, son muy fuertes, es algo digno de admirar -ambos sonreímos-
–¿entonces? ¿Estamos bien?
–¡Claro que si!

Celebró como si fuera un niño pequeño, lo cual me hizo reír. Me gustaba estar bien con Martín, no tenía necesidad de estar con esa espinita con el. Me abrazo, eso me tomo por sorpresa , últimamente la única persona que me abrazaba era Daniela, sin dudarlo inmediatamente lo abracé igual, se sintió bien y sincero.

–Martín ... ah ... yo, yo no quería interrumpir

Genial pensé. ¿De todas las personas que podían interrumpir el abrazo tenía que ser aquel chico de cabello negro? Suspiré.

–para nada Villamil, solo estaba hablando con Nabyla
–si... bueno, ¿no van a ir a cenar?
–¡claro! Muero de hambre -dijo Martín levantando las cejas y sonriendo- ¿vienes?
-si, si

Camine delante de Martín y tuve que pasar por donde Juan Pablo estaba, el me dedico una mirada que no me dijo nada y yo lo miré con pena. Nos dirigimos al comedor, ambos estaban cuchicheando algo que no me interesaba realmente. Al llegar al comedor me percaté que en nuestra mesa estaban sentados los mismos de la noche anterior y que los chicos que venían detrás de mí iban a unírsenos.

Hoy no había pasado nada realmente importante así que no tuve que dar ningún anuncio antes de cenar. Esta vez me toco sentarme entre Samuel y Daniela y frente mi estaba él sentado, traté de no mirarlo pero fallé muchas veces y en unas cuantas lo vi mirándome.

–¿por qué se sientan con nosotros? -me susurró Samuel-
–no le veo nada de malo
–nadie nunca se sienta con nosotros más que los tres de siempre -se refería a Daniela, Ximena y Uriel-
–no hay una regla no escrita donde diga que "nadie" se puede sentar más que nosotros
–me molesta

Suspire antes de verlo, nuestras miradas se encontraron, Samuel estaba retándome y yo estaba muy molesta.

–¡¿que?!
–dije que me molesta
–¿que te molesta?
–la forma en la que te mira

Tuve que recolectar mucha fuerza de voluntad para no golpearlo ni sonrojarme del enojo y la sorpresa de sus palabras. CONTRÓLATE NABYLA.

–basta ya, en serio, no tiene porque molestarte
–¿ah no?
–no
–está bien, como sea, dije que ya no haría ninguna escenita

Survivors (Juan Pablo Villamil) {Morat} |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora