La banda.

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El desconocido estaba a unos pasos de SungKyu, mirando con curiosidad como el más bajo lo comía a besos: ¿Estaba tan obsesionado con él para acosarlo de esa manera? Siguiendo el ritmo de la música, giró a su compañero, dejando la espalda ajena pegada a su pecho, simulando una pequeña estocada al mismo tiempo que accedía a su cuello, lamiendo el lateral de este. El rubio aún no era consciente de lo que pasaba, sólo la mirada de odio por parte del extraño que se alejaba, y una gran erección en el mayor que estaba sacándolo de sus casillas; ambas manos ajenas disfrutaban recorriendo el abdomen trabajado, levantando su camisa en el camino.

Era un límite. Allí murió toda su paciencia.

─Creo que es hora de volver a casa, hyung. ─Habló agitado, con las venas de su cuello indicando lo mucho que se esforzaba en no arrancarle la ropa frente a todos.

Mhn, ¿Qué? No, no, ¿Por qué? Hyung no quiere irse, quiere jugar.

Prefiero jugar en casa, sin tanta gente que pueda ver tu piel.

El castaño aceptó sin más frente a un WooHyun demasiado ebrio para terminar una frase, sonriendo con ojos casi cerrados ante un gran y notorio problema en la entrepierna de ambos. Se metieron al taxi tan pronto como pudieron, con el calor pegoteándoles la piel, y los nervios de la inconsciencia comiéndoles el pecho.

Wah, de verdad hace calor afuera. Creí que el verano iba a atrasarse un poco. ─El menor hablaba con el conductor de temas al azar, mientras desabrochaba el apretado pantalón de SungKyu, colando sus dedos bajo la ropa interior; la diferencia de temperatura lo obligó a contraerse, en tanto este tomaba su miembro con la zurda comenzando a masajearlo desde la base, hasta rozar el glande con su índice. No pudo si no refugiarse en su pecho, cubriendo su boca para evitar que algún gemido se escapara. ─Me encanta esa canción... ¿Podría subir el volumen?

Se dió la libertad de rogarle más velocidad una vez que la voz del artista tapaba sus jadeos, y el modelo, complacido, se inclinó hasta la entrepierna ajena para poder lamer su longitud, atrapándola entre los labios gruesos para degustarla sin romper el contacto visual. Habían llegado, y el menor pagó como si nada hubiera pasado, con el par rosado húmedo de pre-semen.

Entraron de manera torpe directo al sillón, arrancándose la ropa a ciegas, con la piel hirviendo de deseo. Los jeans de WooHyun terminaron en el piso, con el mayor abriéndose paso entre sus muslos para cobrar venganza, tomando la erección del menor en su diestra, creando un rápido vaivén mientras succionaba sus testículos con fuerza.

Agh, hyung... ─balbuceó el más bajo, notando como el contrario se ocupaba de su propia erección con la zurda. SungKyu engulló lentamente el miembro ajeno, arrancando un gruñido desde lo más profundo de su garganta, algo de lo que podía estar orgulloso: el modelo no había sentido tanto placer en su vida, no al punto de sentir que se derretía en su boca, que aquella humedad era el mismísimo paraíso. Tomó la nuca del guitarrista para obligarlo a moverse a mayor velocidad, mareado del esfuerzo que hacía para no correrse en su boca, rozando la garganta contraria en estocadas violentas donde el castaño se ahogaba sin quejarse al respecto.

Un calor inexplicable y delicioso le recorrió el abdomen bajo, totalmente sensible y tan ajeno como la aterciopelada piel que descansaba sobre los muslos desnudos. Y no lo notó, hasta que el inquilino despertó a la mañana siguiente, sacudiéndolo para pedir explicaciones.

─¡Por la mierda, WooHyun! Dios, no... Qué haces sin jeans. mencionó, quitándose la camisa para arrojársela sobre el miembro desnudo y cubierto de una pequeña gota de semen. El castaño se veía precioso, y en parte, estaba feliz de poder verlo recién despierto: semi-desnudo, con los pantalones desabrochados, el cabello alborotado, y una pequeña mancha blanca en su cuello. Estaba orgulloso. 

Psychic Fire [GYUWOO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora