Mi vida

capítulo 3

Abro los ojos lentamente ya que siento como los rayos del sol calientan mi rostro, me levanto de la cama un poco adormilada y me dirijo al cuarto de baño, me despojó del pijama y me ducho casi mecánicamente, me enrollo en la toalla y salgo a la habitación para elegír mi atuendo de hoy.

Me visto rápidamente para salir a desayunar con mi Adonis.

Bajo las escaleras de la mansión y me dirijo a mi auto, conduzco por las calles de londres hasta llegar al café donde veré a Santi.

Aparcó el auto en el estacionamiento y distingo a Santiago sentado dentro del café, trae una camisa de mezclilla que se le pega al cuerpo esculpido por los dioses que tiene, su cabello negro azabache completamente despeinado.

Todo el, es un manjar creado por los dioses para tentarme.

Camino rápidamente hasta que entró al café y si avisar me lanzo a los brazos de Santi, el se levanto al verme y me rodea con sus enormes brazos que tanto me gustan.

—Ojitos, ya extrañaba tenerte así.— deja un beso en mi cabeza para tomar asiento.

— También te extraba Santi, me encanta pasar tiempo contigo.— le sonrió y el me devuelve la sonrisa.

Llama al camarero y pedimos nuestra orden.

— Y bien, ojitos este sábado mi primo se casa, me gustaría que vinieras conmigo, quiero presentarte a mi familia— me derrito cuando me llama así, ¿es que acaso este adonis no sabe lo que sus palabras provocan en mi?

Cuando voy a contestar llega el camarero con nuestra orden, deja todo en la mesa y se va, de nuevo estamos solos.

No se como decirle que este sábado yo estaré en mi propia boda,y que no podré acompañarlo a el ni a su familia.

— Y en esa boda, ¿como me vas a presentar Santi?— no se porque acabo de preguntar eso, nosotros no deberíamos ponernos ninguna etiqueta, ya que pronto yo estaré con otro hombre.

— Bien, ojitos a eso venía mi invitación de hoy, quería pedirte, por dios, jamás he echo esto, y-yo quiero pedirte que seas mi novia— termina de decir un tanto nervioso, yo me atraganto con el café y al instante un olor completamente desagradable llega hasta mis fosas nasales, no puedo evitar ponerme de pie y correr al baño más cercano.

Dios, que asqueroso olor, no pude ni siquiera contestar a la propuesta de Santiago, pero vamos, ¿que iba a decirle?, Me halaga tu propuesta pero sabes, el sábado es mi boda y no puedo siquiera tener novio.

Claro que no le dirás eso Ximena no seas estúpida, me regañó mentalmente y terminó de vomitar lo poco que comí, bajo de la cadena del retrete y enjuago mi boca.

Respiro profundo y salgo del baño.

— ojitos, ¿estas bien?— Santi me mira con preocupación.

— Si, no se que fue, pero sentí un olor demasiado desagradable y no pude evitarlo, lo siento.— le digo apenada por mi reacción, tal vez ahora piense que soy una loca.

— Bien, creo que no debi adelantarme tanto a pedirte eso, perdón si te incomode, no es necesario que respondas ahora ojitos— me dice un poco cabizbajo, y quiero responderle que si, que quiero todo con el, pero me casaré en dos días y es lógico que no debo decirle que si.

— Estoy de acuerdo en que fue apresurado, y creo que debemos seguir conociéndonos para que todo valla mejor en un futuro,— el levanta la vista y en sus ojos se vuelve a encender una chispa de esperanza.

Me siento tan mal de darle falsas esperanzas, en dos días terminaré de arruinar mi vida por completo y no se que hacer, mi corazón me dice que le diga toda la verdad, pero al fin de cuentas después de esa boda, no volveré a ver a Santiago Holt.