Libro 1/2
El tiempo pasa, las heridas no sanan, sus almas lloran. Ella tomo la decisión, la nueva reina de la manada Red Demon. Él, destrozado por dentro, alfa de la manada Blue Moon. Ellos almas gemelas, separados por todo, pero... El destino quie...
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Grey - I Miss You
Lo observe, tiene razón esa es una pesadilla.
— ¿Estaba yo en el sueño?—pregunte y él asintió.
—entonces si era una pesadilla ¿sabes porque?—pregunte y él asintió.
—Porque te apartabas de mi lado—respondió tomando mi mano.
—No, no es por eso, es una pesadilla porque aparecí en él, ahora sueñas con demonios—sonreí.
—Emily yo te amo, sabes que lo seguiré haciendo, quédate conmigo...—dijo cerrando los ojos.
—Tengo sueño—fue mi respuesta, antes de que respondiera me di la vuelta.
Tenía que dejarlo en claro que me iría, al encontrar a Alec y Danasha me iría, no permanecería aquí, al estar a su lado le causaría dolor.
Sentí mi cuerpo ser atraído por el de él, su brazo paso por mi cintura.
—Aún hablaremos de nosotros Emily...—dijo cerca de mi cuello.
—No hay un nosotros...—dije y no respondió.
○○○
—Emily despierta...—dijo alguien, no quería abrir los ojos, dormí cómoda y no quería despertar—vamos Emily, mi padre está por revisar tu cuarto...— ¿papá...? No encontraba lógica en nada—tú lo decidiste...—escuche pasos alejarse, que bien que me han dejado dormir.
Sentí un líquido recorrer todo mi cuerpo, mi boca se encontraba abierta.
—te lo advertí.
Me levante de la cama empapada, me enfermaría.
— ¡Estás loca April!—grite mientras me miraba, el agua se encontraba fría.
—tal vez... Viene de familia, pero tenemos que apurarnos, sabes que papá siempre revisa nuestras habitaciones y si no estamos en ellas —se enojara, es muy celoso como mi hermano.
Tome la mano de April y salimos corriendo de la habitación, en el camino deje a April. Al entrar a mi habitación me vestí, no quería enfermarme, me recosté en mi cama y a los dos minutos entro mi papá.
—Emi...despierta—dijo y abrí los ojos lentamente fingiendo.
—Buenos días padre— dije mientras fingía un bostezo.
—Buenos días pequeña— me dio un beso en la frente—tienes que alistarte, hay que desayunar...—dijo y asentí, me senté en mi cama con las piernas cruzadas y cuando mi padre estaba a punto de salir volteo.
— ¿Pasa algo?—pregunte y sonrió.
—Cuando intentes fingir algo hazlo bien, usa perfume, te quitara el olor de Maximiliano...—negó con molestia y soltando un pequeño gruñido para después cerrar la puerta.
