CAPÍTULO 3

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La relación padre e hijo no era la mejor, Jungkook lo aceptaba sin complicaciones alternas por muy orgulloso que fuese

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La relación padre e hijo no era la mejor, Jungkook lo aceptaba sin complicaciones alternas por muy orgulloso que fuese. Su capricho incomprendido por hacer enfadar a su progenitor no tuvo límites y aún cuando estimaba totalmente la culpa sobre los hombros del mayor al intentar reprimir su vida en lo absoluto, pero en la desfachatez de su juicio empeñado a la razón que no merecía, le parecía de alguna u otra manera, natural.

Él es un jóven que desde pequeño la atención de sus padres le fue arrebatada en un instante para otro, confundido de la repentina indiferencia, inconsciente no valoró otras opciones y actuar de aquella manera arrogante e insolente la mayoría de veces sencillo se le hizo. ¡Por Dios! Es un jovencito ingenuo muy ausente de las problemáticas que causaba e ignoraba desesperadamente. Hace no mucho cumplió diecinueve años y hasta que su padre no murió —disculpándose con la tragedia— fue que pudo vivir un drama de ficción.

Aunque su estabilidad emocional se vio afectada irremediablemente como consecuencia y ahora está hundido en el esfuerzo psicológico para no derramar lágrimas y gritar en el desconsuelo de cada infortunio que se atormenta a sí mismo.

Sus párpados se abrieron gracias a los golpes escandalosos contra la madera al otro lado de la puerta. Gruño somnoliento y cubrió su cabeza con mantas consoladoras. Pero el insistente escándalo que resonaba en la habitación no le permitió volver a refugiarse en las llamaradas del sueño acogedor.

—¡Joven Jeon! —la dicción delicada evidenciaba a una mujer probablemente mucho mayor que él, quien le llamaba e interrumpía su comodidad. —Es hora de levantarse.

Como pudo se sentó en el cómodo colchón bajando de su cabeza el edredón calentito, bostezo con los rastros del sueño aún en su semblante agotado. Los párpados pesados de flojera se le cerraban reiteradas veces, su postura se tambaleaba por su aparente desacuerdo mental con seguir durmiendo y su boquita pequeños pucheros delataba, pero mordió su labio inferior sin dolor como si masticaras invisibilidad.

—¿Jóven?

Jungkook frunció el ceño y entrecerró los ojos. —¿Sí?

—El desayuno está listo, levántese por favor.

No sabía con exactitud si asintió en voz alta casi gritando o fue un sueño suyo, pero la voz que le resultó molesto dejó de insistir.

Bostezo una última vez y parpadeo varias veces, acostumbrando sus ojos a la maravilla de los rayos de luz del sol entrando por los orificios de las cortinas, iluminando la bonita habitación beige. Observó su equipaje desecho a un lado de la cama, algunas prendas dejadas en el suelo y los vaqueros que vestía el día de ayer tirados en la orilla del lecho donde durmió.

Señor Kim  ✍  ❬ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ❭ (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora