Esa noche nada importaba, mis responsabilidades estaban en lo más profundo del abismo, mis problemas, los pensamientos que generalmente tenía, todo se encontraba en otro lugar lejos de mí y eso era relajante. Ese día quería quedarme junto a él viendo el brillo de las estrellas y la luz de la luna. Sin quererlo estaba concentrada en solo una cosa, detallando de una manera tan minuciosa sus ojos y perdiéndome en ellos, deseando sus labios cada instante que mis ojos cruzaban por ahí, mirando detalladamente todo en él, me encontraba pérdida, como si incluso estuviésemos haciendo el amor, sin tocarnos. Estaba conociendo todo de él, sin decir mucho, adentrándome cada segundo más en su interior, en su alma, en su corazón y su mente.
Estaba acariciando suavemente sus dolores, quitando con delicadez sus miedos, tomando la mitad de sus problemas, de sus preocupaciones y poniéndolas en mí, quería ser parte de él, y que él fuese parte mía.
