Corazon de Hielo (Paw Patrol fanfic)

El valor de Tracker

Saludos, fieles lectoras y lectores, continuamos con esta emocionante saga con un capitulo ligeramente más corto de lo normal, pero no por eso menos emocionante. A partir de las anteriores entregas y aquí en adelante, tendremos más acción, violencia y sangre, así que mantengan sus precauciones.

No pierdo oportunidad para agradecerles por sus comentarios, su apoyo y su tiempo para leer estas obras (ZETA700GAMER, QUINROXD, azmy324, Chasedash_125_wp, datagameplaysFurryTM, JocelynMurilloOliver, Marowak-Dark y demás, muchísimas gracias por sus finos comentarios y atenciones, son el combustible para mi motor creativo)

La acción aún no acaba, la amenaza aún no termina, y los cachorros tiene mucho que contar y vivir disfruten la lectura!

Paw Patrol es propiedad de Spin Master Entertainment, fanfic y adaptación, su servidor.

Capítulo 7: El valor de Tracker

Tracker estaba con los dos sabuesos ingleses en una parte del vestíbulo inferior, evaluando la situación, cuando oyó un ruido. Usando sus orejas y su súper sentido del oído, escuchó varias detonaciones de armas de fuego que provenían del vestíbulo principal, producidas por Ryder y los cachorros quienes estaban enfrentando a los terroristas.

-Oh my God! Esos son disparos! Creo que...es Ryder! Debemos ayudarlo!

Los dos sabuesos corroboraron lo dicho por el chihuahua. Sabían que tenían que hacer algo para ayudarlos mientras llegaba el resto de las UKSF, o los terroristas acabarían con todos.

-Hay que actuar rápido! –dijo Bucky. Los tres perros se dirigieron al vestíbulo principal, pero fueron interceptados por otros dos dobermans, quienes tenían en sus collares los nombres de "Slash" y "Ripper". Slash se lanzó sobre el agente Holmes y comenzó a morderlo, mientras Ripper embistió al agente Bucky, estrellándolo contra la pared y dejándolo inconsciente. Una vez que se aseguró que el pastor ingles estaba fuera de combate, volteó a ver al chihuahua.

-Miren, un "bobby" y un "tommy" (*apodos de los policías y militares en Inglaterra), nuestro amo estará complacido por acabar con ellos. Y que hace aquí este cachorro de juguete, eres de esos molestos PAW Patrol? Eres tan pequeño que puedo comerte de un bocado!

-Joven Tracker....corra! –gritaba Holmes mientras luchaba con Slash, quien mordió la garganta del border collie y lo silenció. Tracker miró al otro doberman que se acercaba, pero en lugar de huir del lugar, se mantuvo firme y decidido, dispuesto a encarar al sabueso terrorista.

-Trata de hacerlo, veras que soy pequeño pero no te tengo miedo, asshole! –dijo desafiante.

-ERES MIOOOOOO! –gritó Ripper, y se lanzó hacia Tracker, pero el chihuahua estaba preparado. Desde que era más joven, en su tierra natal, el cachorro ya tenía experiencia peleando con perros más grandes y rudos, así que ya sabía cómo manejar situaciones similares, por lo que al ver al enorme sabueso terrorista, ya había planeado que hacer.

-RUFF RUFF, CABLE! –Tracker sacó sus aditamentos y logró esquivar el ataque del doberman, columpiarse por el techo del vestíbulo. Molesto por fallar en su propósito, Ripper saco de su mochila un rifle de asalto y comenzó a dispararle al cachorro, quien hacia lo posible para esquivar los disparos. Una de las balas logró destrozar uno de los disparadores del cable, haciendo que Tracker cayera, pero antes logró disparar el otro cable y lo apuntó directamente al doberman, el cual logró encajarse en la mochila del sabueso terrorista, inutilizando su arma y lastimando su lomo. Retrajo el cable y usando el mismo impulso y fuerza, se lanzó sobre Ripper a toda velocidad, golpeando su hocico con su pata izquierda, logrando marear al doberman, momento que aprovechó para abrir sus fauces y mordió con toda su fuerza la garganta de Ripper. También sacó sus garras y alcanzó a desgarrar la carótida y la laringe del sabueso, quien tras unos minutos se dejó caer, en tanto Tracker atestiguaba como agonizaba.

-Eso estuvo muy cerca, casi no....-Tracker no pudo completar la frase. Sintió un impacto en su costado que lo derribó. El cachorro quedo tendido en el piso, acurrucado por el dolor, resintiendo el impacto del disparo. Apenas pudo voltear y vio a Slash, el otro sabueso, quien le disparó con una escopeta recortada. Parece que no estaba herido, gracias al traje de kevlar, pero el dolor provocado por el impacto era demasiado para su cuerpo. El doberman se acercó al cachorro, mirándolo con recelo, al mismo tiempo que volteaba a ver el cadáver de su compañero caído, y ponía el cañón de su escopeta directamente sobre el rostro de Tracker.

-Es una vergüenza que Ripper cayera ante un insignificante cachorro latino como tú, pero no te preocupes, te daré un tratamiento especial: voy a romperte tus patas, y luego te arrancare el pellejo, lenta y dolorosamente con mis propios dientes, veremos cuanto tiempo sobrevives antes de que corte tu garganta con.....-quiso seguir hablando, pero una sombra se abalanzó por detrás del terrorista y lo derribó. Era el agente Bucky, quien recobró el conocimiento y aprovechó que el sabueso terrorista bajo la guardia para atacar. Con su hocico, tomó a Slash por el cuello, lo sujetó con fuerza y lo torció rápidamente, hasta que se oyó un fuerte tronido. Los ojos del doberman se pusieron en blanco y cayó muerto, retorciéndose por unos instantes. El pastor ingles se acercó al chihuahua y lo ayudó a levantarse.

-Está bien, joven Tracker? –preguntó preocupado Bucky, jadeando por el esfuerzo.

-Parece que si...thank you....pero, como esta Holmes?

Los dos perros se acercaron rápidamente al border collie, quien estaba en medio de un charco de sangre, agonizando. Su garganta estaba destrozada y con otras heridas de mordeduras y armas punzocortantes en su cuerpo, pero aun así se esforzaba por tratar de hablar.

-Tranquilo amigo, te sacaremos de aquí, lo lograrás –dijo Bucky, mientras miraba a su colega.

-No...hay...tiempo....salven....a los demás....-su mirada se quedó fija al cielo, exhaló su último aliento y unos instantes después murió. Bucky se quedó callado por un momento, su mirada se empaño por la pérdida del sabueso que había sido un gran amigo suyo desde la infancia, y un gran colega, y ahora había caído en cumplimiento de su deber.

-Adiós, amigo mío –dijo Bucky, mientras cerraba los ojos de su colega con su pata derecha.

-Rest in peace, agente Holmes –dijo Tracker, haciendo el signo de la cruz con su pata y se quitó su sombrero en señal de respeto. Los dos cachorros se levantaron e intercambiaron miradas.

-Vamos joven Tracker, aún tenemos trabajo por hacer! –dijo Bucky, recuperando la compostura. Tracker asintió con la cabeza y ambos caninos enfilaron al vestíbulo principal.