La isla

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A la mañana siguiente, Elisa se despertó con un bostezo. Se puso una diadema de flores blancas, rosas y amarillas. Se vistió con un vestido blanco y unos tacones blancos con las mismas flores que la diadema. ¡Era su atuendo de cuando hizo la comunión!
Cuando bajó al buffet libre, desayunó huevos revueltos, cereales, tostadas y un CaCaolat.
Fueron a la isla central en barco, porque hay dos islas, y en la que se alojaban no era la central.
Cuando llegaron a la isla, Elisa pudo ver muchos bosques y varios volcanes, como había imaginado.
-Vamos, hija, explora la isla- le dijo su padre.
Elisa se emocionó. ¡Podía hacer lo que quisiera! Inesperadamente para sus padres, Elisa salió corriendo, y sus padres sonrieron. ¡Nunca cambiaría!
Cuando Elisa se metió en uno de los bosques, oyó un ruido extraño parecido a esto:
"¡Ssshhh!"
Elisa se sobresaltó. Volvió a sonar el mismo sonido, y Elisa salió corriendo.
-¡Aaahh!- gritaba Elisa.
Y entonces sintió pasos cerca de ella, se volvió y gritó. No daba crédito a sus ojos.

La isla de los dinosaurios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora