El reptil

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Dos ojos amarillos miraban a Elisa. Pertenecían a una especie de reptil erguido sobre las dos patas traseras, con tres garras cada una. Tenía unas fauces de dientes amarillos y puntiagudos, y tenía un hocico alargado que soplaba con la nariz a Elisa en la cara.
Tenía unos brazos largos y temibles. Elisa pudo ver su larga cola, que se movía lentamente. La lengua rosada del reptil se alargaba, saliendo de su boca. Elisa estaba muy asustada. ¿Qué iba a hacer? No podía hacer nada.
Elisa temblaba. Intentó apartarse del animal, que la observaba con aire amenazante.
Entonces el reptil se dio la vuelta y se fue.
Elisa dio un suspiro de alivio. Se había salvado de un animal extraño, quizás un nuevo reptil. Aunque nunca había visto un reptil tan grande...
Elisa se borró por un momento el recuerdo y corrió alegremente hacia sus padres.
Cuando volvieron al hotel, Elisa apuntó en su agenda cómo era el reptil, y pensó.
Al día siguiente, cuando Elisa y sus padres marcharon a la isla, Elisa revisó su agenda.
Al llegar a la isla de bosques y volcanes, Elisa se volvió a meter en el bosque, pero no vio al animal. Minutos después, cuando Elisa se cansó de esperar y empezó a salir del bosque, volvió a sentir algo detrás de ella. Se dio la vuelta y vio al reptil que buscaba, pero vio que detrás había un hombre joven. Cuando el hombre se paró ante Elisa, el hombre le dijo:
"Bienvenida a la isla de los dinosaurios".
Y Elisa comprendió que el reptil era un dinosaurio.

La isla de los dinosaurios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora