El bajista al llegar a aquel bar se sentó en la barra, el vendedor al verlo se retiró a buscar una botella de Smirnoff, ya que sabía que el jóven pediría eso.
El bajista bufó sin ánimos, el vendedor le dió la botella de aquel alcohol y le preguntó.
-¿Porqué la cara larga?...- preguntó el vendedor-
- Es que...- dió una pausa-... La extraño muchísimo...- respondió sin ánimos-
-Pff, típico de las mujeres, primero dicen que te aman, y luego te abandonan por otro...- mencionó el vendedor con fastidio-
-¡Es una niña de 4 años!...- exclamó-
-¿Y?..- dijo sin interés-
-¡¿Me estás llamando pedófilo!?...- preguntó-
-Yo nunca dije eso. Dije "y" porque ¿Qué te importa una niña que ni siquiera conoces?...- preguntó nuevamente-
-Ella es... Mi...- suspiró con pesades y decaído- mi 'hija'...- respondió-
-...- guardó silencio-
El vendedor trató de decir algún comentario, levantó el dedo índice para decirle algo, pero luego lo bajó. Dando la señal de que no sabía que decirle.
-...- despejó la mirada del vendedor-
Él tomó la botella de Smirnoff, la pagó y se dirigió a su hogar con la botella aún en manos. Él caminaba con algo de depresión, él al terminar toda la botella de licor, se sentó en el suelo con la espalda de en la pared. De repente los efectos alucinógenos de aquella bebida comenzaron, el bajista daba hipos intesos y sonreía.
Una madre pasó con su hijo tomado de la mano, el bajista al observar al jovencito lo imagino como la pequeña, se levantó y trató de arrebatarselo a la madre.
-¡__!,¡Aléjate de esta vieja!...- ordenó el bajista al jalar al niño del brazo-
-¡Señor suelte a mi hijo!...- ordenó la madre jalado el otro brazo de su hijo-
Cuando los efectos alucinógenos pasaron, el bajista se dió cuenta de lo que hacía, rápidamente soltó el brazo del niño y corrió hacia su hogar.
Al llegar cerró la puerta con fuerza, a lo que llamo la atención de los jóvenes.
-¿Tom?,¿Estás bien?...- preguntó el dibujante-
-¡Extraño a mi bebé!...- respondió con lágrimas en sus ojos-
El dibujante torció la boca al ver al bajista comportarse así, el de pelo naranja trató de darle un abrazo pero el bajista le lo negó y dijo.
-No necesito tus cariñitos...- dijo y subió a su habitación-
El de pelo naranja bajó la cabeza dirigiéndo la mirada hacia el suelo, el dibujante observó al de pelo naranja deprimido, así que él le dió un abrazo, el de pelo naranja sonrió y correspondió.
-¿Quieres ver televisión?...- preguntó el dibujante separándose del abrazo-
El de pelo naranja asintió, así que los dos jóvenes se sentaron a ver aquel televisor. Mientras el bajista estaba en su cama, dirigiéndo la mirada hacia el techo, él suspiró con pesades. Tomó su bajo y comenzó a tocar y cantar una canción, luego de cantar esa melodía dejo el bajo en sus estuche y se recostó, quedando profundamente dormido.