Diferentes Mundos. Saga El Dragón Y Los Seres Mitológicos

√°√• inició \°\•

Jimin.

Los bosques eran virgenes ya que ningún hombre la había tocado, yo cuidaba a mis preciados niños perdidos.

Amaba mi vida, pero un día algo o alguien había entrado un ser oscuro había entrado a mi territorio

Corrí y le apunte con mi flecha.
- ¿Quien eres, ser maligno?. - dije con una voz demandante.
- Lo diré si dejas de apuntarme con esa flecha. ---dijo yo no podía dejar que los niños corrieran peligro. Mande una alerta a todos los niños por su marca, así ellos se ocultarian.
-- Eres un ser oscuro, que chupa sangre, pura sangre. Eres peligroso para mi territorio. -pero de la nada el agarro la Flecha con veneno.

- Temes por esos niños, que ahora no puedo verlos en ningún lado --dijo- no se quien eres pero muchos hombres que manden a esta tierra, no salieron nunca. Más. - la fuerza de ese pura sangre era demasiado fuerte.
Tenía que matarlo haría daño a los niños. Saque mi navaja y lo apuñale en el interior de su estómago, sabía que esto no lo iba a matar pero, era mi deber que el no volviera a estas tierras. El cayó con los ojos cerrados.
Lo lleve lejos de mi territorio, y borre el recuerdo de ese lugar, no podía matarlo. Mi parte serpiente y dragon no me lo permitieron. Era mi destino. Ese día lloré demasiado lo lastime, pero era lo mejor no podía separarme de el.
Ví que llevaba una marca, esa marca era de un Jeon los había estudiado por millones de años, son los únicos que pueden manejar a un humano, matan por sangre, más si son de niños.
Probé su sangre no cicatrizada, mis niños habían muerto si yo no hubiese estado ahí ,tenia que matarlo. Pero no serviría de nada la única manera de protegerlos era poniendo una barrera, el dormiría dos días.

Tiempo después el despertó, con un dolor de cabeza. Y dijo:
- ¿Donde estoy, cuantos días dormí?. - hablo confundido.
-- Estas en una cabaña humana, que fue abandonada - dije dándole un remedio.
- ¿Que es eso, acaso me darás un veneno?- preguntó desconfiado y sarcástico.
- Es un remedio para que pare el dolor de cabeza. Me sorprende que sobrevivas al veneno que tenía la daga y la flecha, tus hombres no corrieron con la misma suerte, el veneno se apoderó de ellos tan rápido que murieron en un segundo. - dije en un tono calmado.
- Tu los mataste... - --dijo sorprendido.-- ¿Entonces por qué no me mataste?.
- Si te mató moriré al mismo tiempo que tu. - dije serio, pero el estaba sorprendido.
- Es una broma, verdad --dijo en un tono de sarcasmo.

- Eres insolente, desagradable y desagradecido. - dije en un tono fuerte. - Crees que no quiero matarte, eres un peligro como para mi y esos niños. Se cual era tu intención lo ví al probar tu sangre. Quieres matarlos o venderlos para que sean utilizados en las formas más peores y horrendas que existen- el fuego naranja se convirtió en rojo puro, lágrimas que no pude contener salieron.

- No se quien demonios eres, pero hagamos un trató entrega a diez niños y no te matare - reí, era tonto.

-- Claro, te los daré pero para eso debes recordar donde queda mi territorio-- hablé. El me miro con los ojos abiertos.
-- ¿Que demonios hiciste, sabes quien Soy?. - yo sonreí sarcástico.
- Eres la cabeza de los Jeon, si borro tu memoria todos los vampiros olvidaran ese lugar. Eres el cerebro de cada vampiro y ser oscuro. Pero yo soy la vida de la tierra, hijo de la Luna, hace tiempo planee asesinar a tu clan, para que ningún descendiente pisará mis tierras pero no será posible, ya que ambos somos destinados.
Y no puedo matarte por eso.. . .
Ambos nos miramos con odio y llamas.