Capítulo uno: Aquel punto rosa

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Si hay algo que no tolero, es la impuntualidad, no es posible salvar vidas si no estás en el lugar y momento necesario. Es por eso que no permito que ninguno de los estudiantes se presente ni un segundo tarde a mi clase.

Justo caminando hacia la puerta para cerrarla la vi, ¿y quién no podría hacerlo? Con un cabello rosa es difícil no desviar la mirada.

Y esos ojos.

Sacudí la cabeza, no son pensamientos apropiados para que los tenga el profesor.

Venía corriendo, y para su suerte iba a llegar apenas unos segundos antes.

Y para la mía.

Apenas llegó y yo cerré la puerta. Me di el lujo de dedicarle una mirada más, estaba agachada y respirando fuerte. Mala idea mirarla.

Puedo ver en su escote como sube y baja su pecho.

Inmediatamente miré al frente y lo más calmado que pude le dije que llegar apenas segundos antes no es a tiempo.

-Disculpe, profesor, ha sido una semana muy difícil.

Tsk, no saben lo que es difícil, apenas es miércoles. Aunque realmente se le veía cansada. Me encantaría verla descansando en mi ca...

-Hm, cuando egrese dormirá menos, tendrá que pasar días enteros haciendo guardia, si no puede ser capaz de llegar a tiempo puede irse saliendo de esta carrera.

Normalmente diría todo un sermón, algunos lo describirían como cruel, yo solo lo llamo realidad. Pero aún seguía en mi mente la imagen de su cara agotada, su pecho respirando con dificultad.

Yo debería ser quien la deje agotada.

Sin volver a mirar hacia atrás seguí caminando para sentarme en mi escritorio. Discretamente traté de acomodar cierta situación en mis pantalones. Respiré hondo y cambié el rumbo de mis pensamientos a la clase.

Ciertamente no ayuda ser el profesor de anatomía y fisiología.

Aunque eso solo era una broma interna, el cuerpo humano son muchos procesos y órganos que siempre me han fascinado. Me es muy fácil estar absorto hablando del tema. Apenas así, y tratando de no mirar al pequeño punto rosa del fondo, fue como pude pasar las dos horas en el mismo espacio que ella con dignidad.

No deberíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora