No deberías

Capítulo ocho: Ira

No dejo de parpadear mientras mi mente reacciona de alguna forma ante sus palabras.

- ¿Disculpa? ¿Fingiendo?

- Profesor, no crea que soy tan ingenua, se que no leyó en ninguna parte sobre la doble penetración - sabía que de esta no me libraría tan fácil. Trago saliva de una manera que espero no lo haya notado. Siento la ausencia de su mano sobre mi brazo, y extrañamente lo extraño. - ¿de verdad pensaba que yo no lo había visto? - ¿Que ella qué? - Además, lo he visto mirándome, se que me observa, aunque trata de aparentar que no, tal vez con algunos funcione pero no conmigo. - Siento que mi corazón se acelera y en mi pecho se va formando una presión extraña, ella aún no termina de hablar y yo ya siento que en cualquier momento puedo caer inconsciente.- Y eso es porque yo también lo observo, se que después de clases le gusta tomar té de la cafetería atrás de este edificio, y que los miércoles camina hasta el otro lado de la facultad solo para poder ir a esa cafetería por un omusubi con okaka.

-... - realmente no se qué responder, sus palabras me han dejado pasmado. ¿Ella siempre lo supo? ¿ME HA ESTADO OBSERVANDO?  Este día ha estado lleno de emociones, siento que mi cuerpo y mi mente ya no pueden aguantar algo más. Me es imposible conectar ideas.

-¿No dirá nada? esperaba más de usted que un simple cobarde.

Y con esas palabras fueron suficientes para que mi mente se pusiera en acción. Solo que en ella únicamente podía pensar en que a mi nadie me dice cobarde.

- Empiezo a creer que los chismes son ciertos, no quería aceptar que fuera cierto lo que me contó el profesor Kakashi. Es una lástima que le guste el director, se ha comentado que usted besó al director Uzumaki. - ESO fue un ACCIDENTE, y si alguien beso a alguien, entonces fue Naruto el que me besó a mí, él era el que empezó a jugar a no parpadear. Y además, mis sospechas indican que Kakashi fue el que empujó a Naruto a propósito. La ira empieza a fluir en mi ser. Pero no diría nada, no en frente de alguien, y no cualquiera, es Sakura. Solo me limito a mirarla, está frente a mi, negando con la cabeza, los ojos cerrados y los brazos cruzados. - Es un mentiroso de primera.

- No toleraré que me hable de esa forma, esperaba que se comportara como la estudiante sobresaliente que es. - Aunque trato de sonar sereno, en realidad estoy que echo humos, nadie nunca me ha insultado de tal forma.

- No pensaba decirle nada, pero tuve la oportunidad, por eso le estoy diciendo que lo he visto, se que me ha visto, aunque he llegado a la conclusión de que tal vez no de la misma manera en la que yo lo he observado. Pero no se preocupe, que de mi no sale que el rumor es cierto.

A estas alturas ni siquiera tengo espacio en mi mente para pensar antes de actuar, como es normal en mí. Por eso al verla dirigirse al escritorio, por sus cosas, supongo, doy un paso hacia ella, con el cual la alcanzo, pues es varios centímetros más baja que yo, y la tomo del brazo. Hago que voltee hacia mí, tal vez muy bruscamente, ella hace un gesto que me indica que le duele mi agarre, pero aún así no la suelto.