Capítulo trece: Tesla

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Trato de discretamente acomodar mi erección, aunque esta no está siendo discreta, pues se puede ver el bulto entre mis piernas.

Veo que Sakura recoge sus cosas del escritorio y las mete de nuevo a su mochila. Al tomar uno de los dildos me mira directo a los ojos, la muy descarada empieza a acariciarlo mientras me guiña un ojo. Aunque por dentro estoy sorprendido, trato de mantener mi cara serena y solo le dedico media sonrisa.

Ella termina y yo también agarro mis cosas, nos dirigimos a la puerta y, antes de salir, me aseguro de que no hay nadie por el pasillo, sería un problema encontrarnos con Kakashi por aquí, aunque conociéndolo de seguro no pasó mucho tiempo desde que cerró la puerta de mi oficina hasta que se fue a disfrutar del incio de vacaciones. Ya que revisé que no había nadie, salimos completamente y bajamos las escaleras, puedo escuchar los pasos de Sakura detrás mío.

Para nuestra "buena suerte" Shizune sigue en su puesto de trabajo, aunque se ve que ya está preparándose para irse. Tras una pequeña conversación de "sí, ya vacaciones", "se nos hizo tarde en la consulta con las preguntas" y " extrañaré verte por acá, Sakura"  logramos salir del edificio, guío a Sakura hasta el estacionamiento donde dejé mi auto, tengo unas ganas inmensas de llevarla pegada a mí, o al menos con una mano en su cintura, pero tenemos que tratar de que no nos vean juntos, por lo que yo voy caminando delante de ella. De vez en vez volteo para asegurarme que no se ha perdido.

Volteo una vez más para verla, me es fácil distinguirla a la luz de la luna y de los Faroles que iluminan el estacionamiento. Lleva la capucha de su Suéter puesta y las manos en los bolsillo de ésta. Maldigo por lo bajo de lo lejos que había dejado mi auto, a estas horas ya solo quedaba uno que otro en el lugar. Pude distinguir el auto de Naruto, al menos se que no se encuentra en el departamento, hasta ese momento no había pensado en el inconveniente de vivir con el director de la institución.

Al llegar a mi automóvil me paro en la puerta del copiloto para esperar a Sakura, pero al voltear puedo verla emocionada y casi tirándose encima del capó.

- ¿Puedo manejar?

- No - digo tajantemente. Tengo que llevarla yo, quiero ir rápido, además tendría que ir dándole instrucciones y eso atrasaría el tiempo para llegar.

Por favor... - me dice haciendo un puchero, pero solo me limito a abrirle la puerta, no puedo caer en su carita triste.

- Sube - digo a pesar de haber estado a una mirada triste de color jade de darle las llaves: las de mi auto, mi casa y... Bueno de todo.

Entra a regañadientes y cierro su puerta. Al subirme al volante puedo ver como vuelve a estar de buen humor viendo todas las partes del carro por dentro. Al encenderlo se le iluminan los ojos viendo el panel que está al centro y comienza a tocar la pantalla, la dejo ser.

Salgo de los edificios de la universidad y manejo a prisa hacia mi apartamento, al dar vuelta a la derecha Sakura deja de mirar el panel y se concentra en el camino.

- Mi casa está a la izquierda. - al ver que no le hago caso hace un sonido de queja. - Si se va por esta calle y toma la siguiente a la izquierda, puede llegar fácilmente a mi casa.

- Sakura - volteo a verla mientras el semáforo está en rojo, se ha quitado la capucha y sus ojos están puestos en mí. En todo yo. La puedo ver casi escaneándome. Eso hace que me sonroje y sonría de lado, y, aunque estoy disfrutando que lo haga, llamo su atención con un tsk. - Sa-ku-ra, ¿me miras así y quieres que te lleve a tu casa? Me lo pones du.. Difícil. - Antes de que pueda ver cómo reacciona, a mis ojos llega la luz verde desde el parabrisas.

Avanzo por las calles, tal vez a una velocidad más alta de lo permitida, pero un ticket de exceso de velocidad es lo que menos me preocupa. En cambio, lo que más tiene mi atención es el movimiento que percibo de reojo en el asiento del copiloto.

No deberíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora