Dos semanas después.
El centro de salud del campus estaba muy tranquilo, como usualmente es. Nada se puede comparar al alboroto de un hospital de especialidades.
En días como hoy solo estoy supervisando. A veces hago consultas, nada grave, la mayoría son pequeños resfríos y estudiantes que tienen una infección.
A punto de irme a mi oficina vi un destello de algo rosado entrando al edificio. Esta vez sí que podría observar, no desaprovecharía la oportunidad de verla en lo que podría ser la última vez en mucho tiempo, y en caso de un apuro me iría a la seguridad de mi oficina, solo tendría que subir las escaleras.
Venía vestida con un suéter rojo con el nombre de la universidad, el color contrastaba con sus ojos, verdes como el jade y que transmitían demasiada inocencia, tanta que me hacía cuestionar mi comportamiento.
Pero aún así no dejo de ver.
Su cara demostraba cansancio, como el de la mayoría de los que estudiaban en el campus, y aún así se las arreglaba para tener una sonrisa. Su sonrisa. Claro que por ser el último día de clases regulares es normal estar feliz. Se acercó a la recepción y traté de poner atención a lo que decía.
-Buenos días, Shizune, ¿cómo está?
Después de un poco de plática sin sentido escuché que Shizune le preguntó por qué se encontraba en el centro de salud. Y vaya que le di las gracias, estaba a punto de presentarme para preguntarle yo mismo. Si está enferma y no tiene seguro médico yo podría atenderla...
-Ocupo condones, dime que aún hay.
Eso no me lo esperaba. Me quedé con la boca abierta. De todas las posibilidades por las que pudiera estar aquí no me imaginé que fuera por eso.
Aunque, siendo sincero no puedo esperar que no disfrute su vida sexual. Es una mujer joven, bonita, con muchos compañeros que la ven igual que yo.
-Llegaste a tiempo. ¿Cuántos ocupas esta vez?
¿Esta vez?
-Necesitaré 45, bueno, que sean 50, vale más que sobre y no que falte.
¡¿Qué?! ¿50? Entiendo que serán vacaciones, pero, 50 es un número exagerado.
Mi cara debió ser la combinación de una mandíbula desencajada y unos ojos de sorpresa. Y justo tenía que pasar Kakashi en ese momento.
-¡Sasuke! Deberías usar un cubre-bocas como el mío, mira que no cubrirte la boca estando en el hospital.
Gracias a su saludo llamé la atención de Sakura.
-¡Profesor Kakashi! Pensaba que ya estaría de vacaciones . Me alegra verlo, ¿puedo hacerle unas preguntas? - Dijo poniendo una mano en la caja que Shizune colocó en el escrito. - Hola, profesor Uchiha - la diferencia de su saludo era notable, sonaba más respetuoso el que iba dirigido a mi, aunque fue el de Kakashi el que me provocó un poco de envidia, en el modo en el que se dirige a él, le tiene más confianza.
-Lo siento Sakura, voy tarde a una reunión - dijo rascándose la cabeza - pero estoy seguro que Sasuke te podrá ayudar. Por cierto, ya casi seremos colegas, no es necesario llamarme profesor.
- Me será difícil, profesor. Profesor Uchiha-dijo posando sus ojos en los míos - ¿no hay problema si le hago unas consultas? Se que debe estar ocupa...
-No hay problema - me sorprendí interrumpiéndola - la espero en mi oficina.
Y lo que hice fue casi correr a mi oficina.
Durante mi recorrido fui capaz de escuchar a Sakura preguntar dónde era mi oficina a Shizune.
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No deberías
Fanfiction(+18) Sasuke Uchiha tiene fama de ser un profesor estricto, a veces cruel y frío. Pero el hielo también quema, y si juegas con él... bueno, no te puedo asegurar lo que pase.