Sombras Eróticas. Capitulo I.

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[Ana y Christian]

Antes que nada tienen que saber que Soy un soldado del ejército, pasó mucho tiempo solo fuera de casa y constantemente conozco personas. Muchas mujeres aman a los hombres como yo, tal vez por el uniforme, por alguna extraña razón nos volvemos la fantasía sexual de cualquier mujer.

Soy apasionado y el sexo me encanta, lo disfruto al cien y trato que mi pareja disfrute mas.

Tengo una extraña aberración sexual por las mujeres casadas, me apasionan muchísimo, tal vez por qué se que es prohibido, o tal vez para sentirme más que el esposo. No lo sé. Solo se que una mujer casada es la fascinacion más placentera de mi pervertido ser.

Ana, a ella la conocí en la redes sociales (facebook), ella era una seguidora de mis escritos, le encantaba soñar con ellos, pues quería ser la protagonista de una crónica.
Siempre he sido muy selectivo con las mujeres, sencillamente elijo a quien me gusta por tener un bonito rostro, un delicioso cuerpo.
Mi parte favorita de una mujer son tres, sus labios, sus piernas y sus nalgas y si le agregamos que sea prohibida (casada) para mí es más que perfecto.

Ana es una seguidora de mis escritos, suelo ser intenso, apasionado, aveces puedo hacer imaginar cosas deliciosas. Ana era una mujer que cumplía con los 3 requisitos y además era casada.

Ella me envió inbox y antes de contestar revise su biografía (siempre lo hago) para ver con quién platico. Miré cada una de sus fotografías, y me di cuenta que tenía un buen cuerpo y la forma en que se vestía era maravilloso. En sus fotos también me di cuenta que ella era casada y tenía dos hijos.

[Iniciamos plática]
Después de revisar sus fotos comenzamos a platicar, ella me admiraba y me preguntaba si era cierto todo lo que escribía, a lo que yo le dije que sí.
Porque así es, en mis historias cada texto escrito por mi es una anécdota real vivida. Y sobre todo cuando narro encuentros sexuales.

El primer día Ana y yo platicamos cosas sin sentido, al segundo ella me empezó a contar los problemas con su marido y así empezamos.

Varios días de pláticas nos llevaron a tenernos confianza. Y comenzó el juego.

[Una noche de deseos]
Eran las 9 de la noche, yo estaba acostado como lo estoy en este momento, Ana había terminado sus trabajos domésticos, sus niños estaban ya en su cama y ella estaba disponible para mí. Se acaba de bañar...

-Hola que haces -le dije-.

-ya estoy en la cama lista para dormir y tú? -me respondió-.

-estoy acostado, imaginándome en cómo estarás. Regálame una foto -le dije-.

-mmmm como la quieres -respondió-.

-pues así cómo estás en este momento -le dije mientras mi mente imaginaba cosas-.

- "imágen" -me envío una foto-.

-wow qué bien te vez, haces que me emocioné, déjame ver un poquito más -le decía mientras con una mano apretaba mi miembro-.

- "imagen" "imagen" -dos fotos de ella sexy-.

Cada foto que ella me mandaba me hacía pensar cosas excitantes, pues su cuerpo me encantaba. Yo le decía lo bien que se veía mientras mis pene se endurecía más.
Ana y yo comenzamos a jugar...

[Yo]>
Imagínate que en este momento estoy ahí donde tú estás, dame un lugar en tu cama, déjame entrar ahí.
.
.
.

Continuara.

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