Sus pasos resonaban por el largo y lúgubre pasillo. La iluminación era terrible, el viejo foco colgado a las afueras de la enfermería parpadeaba sin cesar. Cualquiera podría acercársele en un intento de asesinarlo y, con suerte, probablemente lo lastimarían de gravedad.
Quizás fuera su imaginación, o tal vez no, pero tenía la sensación de que el piso estaba caliente de tanto caminar sobre este. ¿Cuánto tiempo llevaba dando vueltas fuera de esa habitación? Con el estómago revuelto por los nervios y las lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos. Respiró profundo.
― ¡Quédate quieto, maldito engendro!
― ¡Aléjate, maldita vieja de puta!
Pronto, sintió que su corazón se detuvo y su respiración se cortó al oír un grito de agonía. Cuando pudo volver a tomar aire, tras oír la voz grosera de aquel muchacho, las lágrimas cayeron por sus mejillas. Un día de estos le iba a dar un infarto, y claro, sabía de antemano que nadie lo auxiliaría.
― Perro miedoso.
Saltar del susto le fue inevitable. Se fregó los ojos. Volteó a ver alterado al dueño de esa voz ronca y aburrida, encontrándose con un joven de cabellos negros y vacíos ojos grises. Las ojeras bajo estos le indicaban lo poco que dormía.
― ¿Qué ocurre, Kaminari-san?
El resoplido molesto de su acompañante lo intimidó.
― ¿Hasta cuándo dejarás los honoríficos? Somos villanos, estúpido. Si One Might te escuchara ya estarías por cavar tu tumba, de nuevo.
La advertencia indirecta provocó que mirase hacia el suelo. Lo que menos deseaba era terminar en esa situación nuevamente. El director de aquel colegio del bajo mundo no era precisamente piadoso. Nadie se tentaría el corazón en asesinar a quien se le interpusiera en el camino.
― En fin, si te mueres o sigues respirando no es mi problema. Toma, encárgate de dársela y por lo menos sé de utilidad, miedica.
Denki Kaminari podría ser conocido por su pereza y ansias de percibir el olor chamuscado de sus desafortunadas víctimas. Con una singularidad eléctrica, lista para ir y asesinar a cualquier inocente durante un macabro espectáculo de convulsiones. Jamás dirían más que pestes de él, como a todo villano prometedor.
― ¡Ya basta, hija de puta!
― ¡Silencio, maricón! ¿Y así piensas ser el mejor villano? ¿Superar a One Might? ¡Chinga tu madre!
Los insultos en la enfermería no daban tregua, tampoco los alaridos estremecedores del desdichado paciente. Tuvo que aferrar contra su pecho la mochila negra que Kaminari tan bruscamente le había dado. Por un instante tembló. Públicamente no podría admitirlo sin arriesgarse a una paliza, pero el azabache le salvó el pellejo.
¿Qué sería de él si no tuviese en su poder aquella mochila? El enojo del interno en aquella sala de torturas conocida como la enfermería de Black Nurse sería incalculable. Lo más seguro, es que de haber ocurrido así, él sería el próximo en ingresar a ese sitio. Bien sabía que no saldría de ahí en un par de días.
"Estará de mal humor..."
Un nuevo grito y él terminó con la espalda pegada a la pared. Las ganas de llorar fueron inmensas. Odiaba escuchar al dueño de sus suspiros en ese tipo de situaciones, sin embargo, ¿Qué podría hacer él? Respaldarlo, tal vez. ¿Protegerlo? De atreverse a realizar algo así, el mismo joven lo asesinaría.
Trató de sacar toda la presión que sentía en un suspiro tembloroso, el nudo en su garganta solamente provocaba que la nariz y los ojos le escocieran. Con cuidado, abrió la mochila y examinó una por una las pertenencias. Para su fortuna, no faltaba nada. Lo cual garantizaba que su integridad física estaría a salvo unas horas más.
― ¡Púdrete, vieja senil!
Con esa última grosería, finalmente vislumbró a tan mal hablado chico. La pelambrera revuelva de cabellos morados y esos ojos fríos que parecían querer asesinarlo. Se permitió relajarse cuando cayó en cuenta que el odio anidado en la mirada violácea no iba dedicado a él.
― ¿Otra vez me esperaste?
"Nunca lo admitiría, pero, así como él está..."
― Debía darte tu mochila.
La risa burlesca del menor le causó escalofríos.
― Pudiste dármela mañana.
― Dejaron deberes por hacer...
― ¿Y qué? Siempre te los doy para que los hagas. Después de todo, cosas tan fáciles no merecen mi tiempo.
Más cierto no podría ser. El único motivo de quedarse fue para poder verlo y cerciorarse, como siempre, que los daños que sufrió no serían tan severos al grado de matarlo. Se colgó la mochila al hombro, mientras caminaban por el húmedo y destartalado pasillo.
― Izuku...
Con susurrar su nombre, consiguió que la mirada violácea recayera sobre él. Izuku Midoriya, sucesor de One Might y futuro villano número uno, era aquel pobre muchacho que cayó en las garras curativas de Black Nurse. La vieja villana se tornaba tan sádica como era posible a la hora de tratar a sus pacientes.
Sus ojos azules inspeccionaron ávidamente al menor. Su brazo izquierdo reposaba en un cabestrillo y su cabeza se encontraba envuelta en vendajes por los cuales sobresalía su rebelde cabellera. Las cicatrices en sus brazos terminaban siendo un claro indicador de la gravedad de las heridas.
― ¿Qué quieres?
Que el azabache no respondiera y se dedicara a clavar los ojos sobre el piso acabó con su corta tolerancia ante comentarios estúpidos. Esto fue percibido por el mayor, quien reunió valor suficiente y le miró suplicante. Izuku no se intimidó, pero, sí se incomodó ante esa mirada.
― ¿Podría darte un beso?
La respuesta llegó sin demora. El puño sano del joven impactó de lleno contra su rostro. Terminó cayendo de sentón al piso, intentando detener la hemorragia de su nariz herida mientras la sangre manchaba su uniforme negro como el ébano.
El dolor causó que le saltaran las lágrimas, no obstante, mostrar ese nivel de debilidad empeoraría las cosas. El de cabellos violetas le miró altivo y con una sonrisa maliciosa. No le sorprendió que le mostrara el dedo corazón y reanudara el camino con una risa socarrona.
― Katsuki.
Sin dejar de tomarse la nariz, el nombrado se levantó al instante y le dio alcance a su compañero. Sin importarle su condición actual, Izuku lo apresó del cuello y lo estampó bruscamente contra la pared fría y cuarteada. Sentir sus labios contra los suyos en ese beso demandante y brusco bastó para tensarlo y dejarlo sin habla.
― Los besos se roban. No se piden, llorón.
"Cada vez que pienso que te entiendo, me decepciona darme cuenta que no es así... Izuku"
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Tras un inútil intento de buscar algo sobre esta AU ¡Tal como lo adivinaron! No pude quedarme sin escribir alguno.
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My villain [Katsudeku Reverse Villain Au]
FanfictionLas personas no nacen en condiciones iguales, jamás tienen oportunidades iguales y muchas están obligadas a someterse a un tortuoso destino. Así como existe una prestigiosa preparatoria que instruye a los futuros héroes que mantendrán la paz, así mi...