Limerence

Capítulo 2: Me llamo Patch.

Fui a la barra a esperarla y saqué el móvil para aparentar que estaba haciéndo algo.

- Te veo divertida - dijo una voz grave a mi lado. Me giré y vi que era el chico que me estaba mirando. Yo nunca fui buena con los chicos así que la situacion me puso un poco nerviosa. Un chico que no conocía y posiblemente varios años mayor que yo se me había acercado en una discoteca y normalmente eso no era para hablar.

- ¿Siempre lo analizas todo? - me dijo y me quedé de piedra. ¿Como...?

- ¿Perdona? - le pregunté

- Tardabas en contestar y he supuesto que tu cabeza estaba fomando miles de teorías a cerca de por qué he venido a hablarte - Mierda, ¿tan obvia soy?

- Que observador - dije en un tono neutral. Él sorió de nuevo

- Me llamo Patch.

- Yo soy Brooke, encantada - no sabía que mas decirle así que fui a lo fácil - ¿Qué tal?

- Ahora mismo mejor - dijo y su cara tenía una expresión divertida. Creo que iba con segundas. Madre mía.

- ¿No bailas?

- Eso no me va, pero por lo que he visto tú lo haces genial - me dijo y me acaloré. Disfrutaba con esto. Me fijé en sus ojos. Eran negros como el carbón y su cara era perfecta. Llevaba unos tejanos oscuros y una camiseta negra que dejaba entrever su cuidada figura. Estaba realmente bueno.

- Gracias - es lo único que pude decirle.

- ¿No eres de aquí verdad?

- ¿Cómo lo sabes? - le dije confusa. No entiendo que podía ver en mi para llegar a esa conclusión.

- Porque me acordaría - me dijo y me puse roja. ¿Por qué estaba flirteando conmigo? - Tu amiga no debería dejarte sola en un club así.

- Se cuidarme sola - le dije un poco enfadada. ¿Quién se creía que era?

- Soy yo el que estoy hablando contigo pero podría haberse acercado algún otro tío borracho y no precisamente para hablar - me dijo esta vez más serio.

- ¿Cómo se que tú no estras dentro de esa definición? - le dije y soltó una carcajada.

- No lo sabes - me dijo y me estremecí. Osea era mono y simpático, pero había algo en él que no me gustaba. Había algo que no encajaba. Sacó una sonrisa arrogante y lo miré entrecerrando los ojos.

- ¿ Por qué vienes a este sitio si no bailas? Es decir, ¿por qué no te vas a otro tipo de pubs? - le dije intentando continuar la conversación porque así me había dicho Alex que hiciera cuando hablara con algún chico.

- Bueno, si no hubiese venido, no te habría conocido - me dijo y su cara tenía una expresión divertida. Joder, ¿y ahora que le digo?.

Me limité a sonreírle y en ese momento vi llegar a Alex. Menos mal, mi salvación. nunca antes me había alegrado tanto de verla.

- Hola tía, ¿a que no sabes que...? - se calló cuando se percató de la presencia de Patch. Se quedó en silencio y le dio un repaso de pies a cabeza. Se me olvidó deciros que el disimular no es el fuerte de Alex.

Patch le sonrió y ella me miró a mi un poco confusa.

- Hola, soy Alexandra, amiga de Brooke, ¿y tu eres...?

- Soy Patch, amigo de Brooke también -un momento, ¿como que amigo mío?, si ni siquiera lo conocía. Él me guiñó un ojo.

- Oh genial, oye Brooke, ¿por qué no me acompañas al baño? - me dijo y sabía que me interrogaría y que no podía decirle que no, así que, ¿qué opciones me quedaban?

- Bueno Patch, encantada de conocerte - hice una pausa porque no sabía que decirle pero quería ser educada - Espero que nos veamos por ahí otro día - concluí.

- Lo estoy deseando - y en su mirada vi un destello, sacó otra bonita sonrisa suya.

Alex me condujo hasta los baños de la discoteca.

- ¿Quién coño es ese tío y que hace un Dios como ese aquí?

- No se, se llama Patch y he estado hablando con él mientras tu estabas con... ¿por cierto, y Louis? - le dije para desviar el tema de conversación hacía ella y funcionó.

- Louis se ha ido a casa. Es un chico muy simpático y tenemos muchísimo en común. Me dijo y la noté ilusionada, eso no podía ser bueno.

- ¿Pero os habéis...?

- Aún no, pero hemos quedado en vernos otro día.

- Alex ten cuidado, ve a tu ritmo, a penas lo conoces - pero sabía que el que tenia que tener cuidado era Louis, mi amiga era una chica un poco loca.

- Bueno no me cambies de tema, tu "amigo" está bastante bueno - me dijo intentando que yo se lo confirmara para empezar a planear la boda, así era Alex. Siempre intentaba encontrarme algún chico pero yo paso - ¿No le has pedido el número?

- ¿Qué?, ¡No!, pero si no lo conozco de nada - le dije y fruncí el ceño - ¿quién te dice a ti que no es un psicópata y quiere hacerme algo?

- Pues siéndote sincera, si no quieres tú que me lo haga a mi - me dijo y me estremecí.

- ¡ALEX!

- Vale, vale, perdona - dijo entre risas - Es tarde, te apetece que volvamos ya a casa?

- Mañana tengo que seguir colocando el apartamento así que me parece perfecto.

Ya en la penumbra de mi nueva habitación me costó conciliar el sueño. Pensé que sería por la nueva casa y el nuevo cuarto, no era un aroma familiar. Poco a poco me fui quedando dormida, viajando a un mundo en el que no paraba de darle vueltas a luces de colores, ojos negros como el carbón y una sonrisa que quitaba la respiración.