La cama prohibida. Capítulo 6

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[Amantes de media noche]
Capitulo 6

La adrenalina recorria mi cuerpo, sentía placer, deseo, lujuria y pasión. El lugar prohibido nos brindaba deseos perfectos, desenfrenados, placeres que no podía explicar y que me gustaba experimentar..

Disfrute de esa flor con mi boca, me deleite con su aroma y con su miel...

Estaba sobre ella, su cuerpo para mí era un terreno desconocido que me brindaba exquisitos placeres. Con una de mis manos coloque mi m1embr0 justo en la entrada de ese volcán dormido, ese volcán que aún estaba activó, en su interior corrían ardientes fluidos y de entre sus piernas el magma escurría y hervía hasta perderse en un abismo sin salida. Entré en ella y pude sentir la ardiente lava de mi doncella, su fuego me quemaba mientras mis deseos se mezclaban con los suyos. Nuestras posiciones fueron muchas y aunque la adrenalina nos invadia logramos disfrutar un momento más en la ducha.

Una y otra vez disfrutamos de ese juego que pensamos no tendría final.

Todas las noches disfrutábamos de una experiencia nueva, de un deseo prohibido.

Pero todo lo que empieza tiene que terminar....

Era martes, llegue de patrullar muy tarde, era ya de noche, ella llegó como siempre en su coche. Llego primero y me espero por unos segundos.
Al estar juntos todo parecía normal, pero una plática nos hizo cambiar, ella quiso llorar pero lo impedí con un beso, uno tierno y delicado de esos..
Nos fuimos una vez más a su casa, pensé que ya todo había pasado, que la diferencia había terminado...

Llegamos a su casa, nos besamos y abrazamos, aún cuando no sabía lo que pasaría disfrutamos de ese momento. Besándonos caminamos rumbo a su habitación a su cama, en verdad disfrutaba de aquella dama.

Llegamos al pie de su recamara donde otras veces ya habíamos hecho el amor. La tomé de la cintura y con mis manos disfrute de su figura que aún a sus 40s me hacían suspirar.

Mis labios disfrutaban de los suyos que eran tan suaves y delicados mientras yo mantenía mis ojos cerrados, podía sentirla en cuerpo y alma, dos pasos más y caímos a su cama.
Ella traía un short blanco que le hacía lucir genial, acompañada de una blusa entallada que era fenomenal.
El tiempo estaba medido y mis manos comenzaron a tocar su abdomen, su ombligo y más para abajo, podía deleitar mis dedos con sus fluidos, ¡carajo! en verdad era genial ese momento placentero me hacía suspirar y temblar.

Con suavidad y agresivo la empuje a la cama, "le dije sonriendo hoy sabrás lo que es, que un hombre haga disfrutar a una dama" y ella me miro y sonrió como invitandome a seguir mi pasión y que no me detuviera, en pocas palabras con un gesto me dijo "trátame con una cualquiera" y así lo haría pues mis planes eran que yo la disfrutaría y la haría disfrutar de un s3x0 delicioso, la haría gozar.

En la cama ella era una diosa, desnuda se veía tan hermosa, sus encantos la hacían ver como una mujer glamurosa. Empezamos a disfrutar de nuestra textura, besos y caricias nos hacían llegar a la infinita pasión. Nuestros cuerpos ardian en deseo en ese momento ella era Andrómeda y yo Perseo, en ese instante éramos dos enamorados, dos amantes, que se amaban y deseaban de manera constante.
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Continuará

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