Amantes de media noche

Jugando con fuego. Capítulo 7

[Amantes de media noche]
Capitulo 7

Hacer el amor con ella era un tiempo perfecto para mí.

[En su cama]
Seguíamos ardiendo en deseos y pasión, mis labios besaban cada centímetro de su piel, en ese instante pude conocer a detalle su cuerpo, pude sentir lo cálido de su aliento.

Fue el momento perfecto en el cual pude sentir su interior, sus fluidos corrían y escurrían entre mi y su cadera. Me impregnaba de ella, de su placer, de esa lujuria que nos quemaba. Una y otra vez entraba en ella, sus jugos, sus paredes me hacían tocar las estrellas, me hacían sentir un placer infinito, un placer que no puedo describir y ahora lo intento escribir.

-Mi amor no vayas a terminar dentro de mí por favor. -me dijo-.

-Tengo deseos de hacerlo, de sentir mi vibrar en lo más profundo de tu intim1dad. -le respondí, y mi excitación aumentaba-.

Nuestro sudor se mezclaba al igual que la pasión que nos encadenaba, disfrutaba de cada momento, de cada gemido, disfrutaba en verdad sentir sus fluidos.
Estaba por llegar al éxtasis de mis deseos, quería terminar dentro de ella, pero no podía hacerlo, pues ella me lo había pedido y respetaría su decisión, cambiamos de posición.

Ella entre mis brazos y yo entre sus piernas, podía ver el esplendor de mi doncella, podía hacerla ver las estrellas y poquito más. Estaba apunto de terminar, apunto de derramar mi escencia. Le dije "quiero que me disfrutes" y sonrió...
Antes de terminar salí de ella y muy rápidamente me dirigí a su rostro bello. Ella esperaba con sus labios abiertos poder disfrutar de mi néctar, de mi placer y así lo hice.
Derrame en ella mi ser, veía disfrutar de mis líquidos, sus gestos eran placenteros.

Al terminar las cosas cambiaron, el lugar ya no me brindaba excitación sino temor a que su esposo pudiera llegar, así que salimos de su casa y me regreso a mi base.

Al día siguiente un adiós más llego y la conciliación fue mejor.
Con ella viví y vivo aún noches placenteras, me encanta hacerla disfrutar, hacerla gritar y que mi espalda comience a desgarrar. A mis 30 amo sus 40 y tantos años de experiencia.

Ella estaba chapada a la antigua, pero poco a poco en el s3x0 fuimos experimentando, lo que ayer le parecía grotesco y asqueroso, hoy le emociona, excita y le parece delicioso.

Aún seguimos viviendo esta pasión prohibida, ella cansada y con una vida igual.
Nuestra historia continúa y aún no tiene un final, aún por las noches solemos disfrutar y su recamara que se ha vuelto el lugar perfecto cuando él no está.
Estamos jugando con fuego, lo sabemos y nos podemos quemar.
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Fin