parte tres

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Nat POV:

¿Ojitos? ¿Acaso estaba coqueteando conmigo?

Tenía que admitir que me sentía halagada, él era un chico demasiado lindo.

-Gustavo, fíjate si trajeron el agua potable. Natalia, lleva al señor Dybala a su habitación. -Mi madre me entregó ambas llaves del cuarto que utilizaría Paulo. Me preguntaba por que no lo hacia alguno de los encargados.

-Sígueme. -Le indiqué y él simplemente asintió. Paulo decidió llevar él mismo su maleta.- La suite es la habitación más grande del hotel, pero si quisieras una gran vista, yo te recomendaría la noventa y ocho. -Comencé a decir inconscientemente mientras nos dirigíamos a los ascensores.

-Entonces quiero la noventa y ocho. -Lo escuché decir a mis espaldas. Me detuve antes de llegar al ascensor y me giré sobre sí.- Si la recomendás vos, estoy seguro que es exactamente como decís. -Lo miré unos segundos.

-¿Seguro? -Alcé una ceja.- La vista es hermosa, pero los lujos son distintos, igual el servicio.

-Lo estoy. -Asentí y me dirigí al mostrador.

-Quiere cambiar. -Le avisé a mamá.

-¿Qué? -Preguntó sin apartar la vista de la pantalla de la computadora.

-La habitación, señora. -La voz de Paulo me sorprendió.

-¿Por qué siento que mi hija lo ha persuadido? -Apartó la mirada de la pantalla y nos miró a ambos.

-Porque así fue, señora. -Respondió Paulo con una sonrisa en su rostro.

-¿Cuál?

-Noventa y ocho. -Respondí.

Buscó la llave y me la entregó, mientras a Paulo le daba la copia.

-Ahora sí. Vamos. -Llegamos a la habitación y luego de insertar la llave, abrí la puerta.


En busca de la felicidad / Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora