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Ahora estaba recostado en el escritorio, con la camisa desarreglada y la cremayera baja. Su profesor frente a él dejándole notorias marcas en su cuello.

Fue bajando hasta llegar a su pecho. Allí empezó a jugar con sus pezones, lamiendo y mordiendo, pellizcando y estirando.

La sensación era nueva, se sentía...bien.
Inevitablemente suspiros y jadeos se escapaban de su boca comprobando que lo disfrutaba.

Aún sin despegarse de su pecho, su profesor comenzó a acariciarle la entre-pierna para luego bajarle los pantalones junto con la ropa interior.

Vió como el mayor se llevó dos dedos a la boca bañándolos en su saliva.

En ese momento comenzó a preguntarse si realmente estaba dispuesto a esto. No tuvo mucho tiempo de seguir pensando, esos dos intrusos habían empezado a entrar en él.

Se le escapó un quejido. Dolía, pero aún asi no lloraría, lo haría verse débil.

Mordió su labio con fuerza cuando los sintió moverse en su interior.
Poco a poco el dolor se fué esfumando. Los quejidos fueron intercambiados por suspiros y pequeños gemidos.

Luego de un rato la sensación era sumamente placentera...pero aún asi...se sentía...insatisfecho.

- Ya es hora...- Se estremeció por el tono ronco del mayor. Al parecer él también disfrutaba.

Se quejó cuando su entrada empezó a ser forzada por algo de mayor tamaño. Cerró los ojos con fuerza, sentía que se humedecían. Sus manos se aferraban con fuerza al borde del escritorio. Sentía con precisión como el miembro del mayor se enterraba en él, causándole un gran dolor. Se sobresaltó al sentir sus gluteos chocar con la cadera de su profesor. Su respiración estaba totalmente acelerada, al parecer el contrario notó esto y comenzó a masturbarlo para distraerlo.

Funcionó.

Dió el primer movimiente, un sonoro gemido se escapó de sus labios, srguido por más igual de intensos.

Las embestidas que le eran propinadas eran fuertes y profundas, seguía un ritmo constante.

El dolor se había ido dando lugar a un placer indescriptible.

El salón de clase ahora estaba inundado por los gemidos de ambos.

Por un momento su mente comenzó a divagar, pensó en la posibilidad de que alguien entrara y los descubriera asi, en pleno acto. De nuevo sus pensamientos fueron interrumpidos por una fuerte estocada que tocó un punto en él que logró aumentar sus gemidos.

Entonces no resistió más y se corrió abundantemente, manchándose su abdomen. Al llegar al orgasmo todo su cuerpo se revolucionó, sus piernas flaquearon, arqueó la espalda y todo él se estrechó de modo que el mayor no aguantó mucho más y se vino en su interior.

Matemáticas [kakavege]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora