Gritos De Una Oscuridad [En Edición]

capitulo 7

-¿Aiko?.

Dirigí la mirada hacia Azura quien aparentemente me había seguido.

-Oh, aquí estás -dijo con una tímida sonrisa.

-¿Qué quieres? -pregunté de mala gana.

-Lamento lo que hizo Akane -expresó mirando hacia otro lado.

-¿Se puede saber el por qué te disculpas tú? -la miré fijamente.

-E-Es que... ese video... bueno... -comenzó a tartamudear y puse los ojos en blanco.

-¡Deja de balbucear y suéltalo! -exclamé.

Ella suspiró y finalmente habló.

-Akane le pagó a alguien para que grabara la situación. Ella sabía que habías ido al baño y que tendrías que cruzar ese lugar cuando salieras.

—¿Acaso eso debería importarme? —expresé desinteresadamente.

—Eem b-bueno... —miró hacia otro lado apenada.

—¿Por qué haces esto, Azura?, se supone que eres una de las "populares" —mencioné imitando las comillas con mis dedos.

—Es que... eres una buena persona, Aiko —expresó en voz baja.

Arioch solo observaba la situación divertido.

La miré sorprendida.

—No... No siempre lo seré... —miré hacia abajo.

—Tranquila —puso su mano derecha sobre mi hombro.

¡¡¿?!!.

Rápidamente di dos pasos hacia atrás, alejándome de ella.

—¿E-estas bien? —cuestionó con algo de preocupación.

Claro que no estaba bien, en el momento en que Azura había puesto su mano en mi hombro... sentí un toque eléctrico, p-pero ¿por qué?.

Azura se notaba sorprendida y levemente sobó su mano derecha, como si ella también lo hubiese sentido.

—S-sí, es solo que... me dio un mareo —mentí.

—Deberías ir a la enfermería —sugirió mirándome con quietud.

—Estoy bien, Azura, solo quiero estar sola... por favor —levemente di media vuelta dándole la espalda.

—De acuerdo, nos vemos en el salón —dijo saliendo del baño.

—Arioch, ¿qué fue esa sensación?, fue como... un toque eléctrico.

—Eso es nuevo... ninguna de las personas que me invocaron sintieron algo así —respondió mirando hacia ls puerta del baño por donde había salido Azura.

M

ientras tanto al otro lado de la puerta.

Azura: oh... que mal... *decía mientras miraba su mano derecha*