Una oportunidad más.

552 72 15
                                    

Regresar a la vida cotidiana, la vida  pacífica recogiendo flores y burlándose de los deleites de la corta vida fue... una tortura. 

Charles ahora se aburre con facilidad. Estar a solas con Erik, con el sexo que tenían y las experiencias que le ofrecía, se convirtieron en la adrenalina que le faltaba a su vida. 

Los cambios en Erik le dan una nueva razón para vivir cosas que sentados sobre el césped, no viviría. Pensar en Inglaterra es como recordad una vida solitaria, sentado en la vieja biblioteca de su padre. 

De repente, hay incomodidad en su cuerpo y una familiar sensación viene. 

  — Maldito corsé.  — susurró, despegando ligeramente la pesada tela del corsé de su cuerpo con ayuda de sus firmes dedos. 

Los gritos y el sonido de la naturaleza lo volvían loco y la molestia se acumulaba en su estomago. 

  — ¿Charles?  — la voz de Erik resonó en su cabeza. Su firme voz. — ¿Estás bien?

Charles sonríe, su voz siempre le ayuda tranquilizar su alma. 

— Creo... creo que el corsé me estruja los intestinos. —  Charles está pensando tanto en descifrar su incomodidad que no se percata cuando Erik ya está sentado a su lado. 

— ¿Quieres que te ayude a quitártelo? — dice, con  sinceridad en sus palabras. 

Charles vuelve a sonreír, se ha dado cuenta que Erik sabe que palabras decir. Conciente o inconscientemente. 

— En otro momento diría que tu propuesta es sumamente caliente. — Charles cubre la rodilla de Erik con su mano y Erik toma ese gesto como un "Sí"

Erik hace sus extrañas posturas para ponerse de pie. El césped se le ha pegado al trasero, y Charles no puede evitar darle un par de suaves palmadas para ayudarle a quitar el resto de la suciedad. Erik pasa desapercibido.

  — Ven. Te ayudaré antes de que tus damas vengan y me golpee con sus sombrillas.

Charles siente la mano de Erik en su cintura y siente como la bilis lo asquea aún más. La mano de Erik ahora es pesada y ayuda a que su vientre se contraiga.  Y Charles no tiene tiempo y el vomito le comienza a escurrir por los labios. 

Erik coloca su mano sobre su boca y retiene el liquido viscoso entre sus dedos protectores.

  — Ven. Ven.  —  dice, mientras que Charles se apoya en su cuerpo. Caminan como pueden, confiando ciegamente en Erik. 

Charles siente vergüenza pero cuando Erik lo acerca a la orilla de la gran fuente y siente como lo limpia y atiende con suavidad. El frío del agua lo hace reaccionar. 

  — ¿Sigue... sigue la propuesta de quitarme el corsé?  — dice, justo después de tragar un sorbo de agua limpia.

Erik asiente. Ambos no se dado cuenta que todos tienen la atención en ellos, todos en silencio y totalmente preocupados.

. . .

Cuando la pareja entra en salón principal, la tensión desaparece.
Ambos caminan lentamente por el castillo hasta llegar a su habitación. La intimidad les invade.

Erik sale detrás de Charles ,y con gestos y manos torpes comenzó a deslizar los largos y apretados cordones; este hacían sonidos secos contra la tela del duro corsé Charles se sentía liberado poco a poco. 

El sonido que hace la leña al ser quemada y los jadeos de Charles son los únicos sonidos que hay en la habitación después de un tiempo.

  — Listo...   — Susurra Erik y el corsé cae a sus manos.

Charles se queda inmovilizado delante de su cama por un largo rato, respirando profundamente. Erik no lo ve mientras Charles se recupera pero, si escucha cuando habla. 

  — Creo.... creo que estoy de nuevo en cinta.  —  dice, caminando lentamente por la habitación hasta llegar a la chimenea, y tomar la botella de wisky para servirse un poco. — Estas incomodidades solo las sentí aquella... aquella vez.  

Charles se queda contemplando el color del wisky a la luz del fuego, dando giros a su copa y no nota que Erik se ha quedado mudo al verlo, con su corsé en las manos. Y Charles siente que se caerá a pedazos delante de él.

   — ¿De... verdad?   — Erik lame sus labios y retoma con dificultad su antigua postura. Vuelve a preguntar, sin su tartamudez.  —  ¿De verdad?

Charles lo observa y sé da cuenta: Erik tiene miedo, y no cualquier miedo, si no, el que siente un padre que ya ha sufrido la muerte de un hijo y que ya no desea más eso. 

¿Cómo no ha podido darse cuenta antes? ¿Cómo ha podido ser tan egoísta?

Todo este tiempo pensaba que él sobrellevaba la carga, cuando él que de verdad lo hacía era Erik. Llevar el dolor de ambos en su espalda ha sido una gran carga y... él ha sido muy valiente.

   — Es suficiente, Charles.   —  dice Erik, en seco.  — No me tortures de esta manera. 

Y Erik se marcha; dejando detrás a un Charles confundido y lagrimeando por algo que al final, no estaba tan en el olvido.

   —   — —

N/T: He regresado con un capitulo súper corto (era para que no me olviden) pero bueno, prometo que el siguiente va a estar más largo y va a explicar más cosas. 
Ahora si voy a editar los demás capítulos aunque será tardado (más pacienciaaaaa)

xx


Sangre y Orgullo.//CHERIK//En Emisión//Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora