Pasaron unos días después de que Víctor y yo... Bueno... Nos besamos. Sí ya lo se, tenemos 17 años los dos y... Bueno... No quería pensar en ello. Recién levantado por la mañana del sábado decidí ir a entrenar solo en la Ribera del Río. Aquel sitio me traía muchos recuerdos. Mi tía solía decir que el antiguo equipo del Inazuma entrenaba allí para hacerse mas fuerte, así que yo también quería hacerme mas fuerte. No le dije nada a mi tía Silvia ya que se lo dije anteriormente y no quería despertarla. Aunque eran las 5 de la mañana era perfecto para entrenar. Mi tía me preparó una fiambrera con bolitas de arroz, tales como a mi me gustan, con un poco de salmón en su interior.
Tras coger el balón y la fiambrera corrí hacia la Ribera. El frio de la mañana rozaba mis rodillas al aire como si de unas frías manos se tratasen. Al llegar allí estaba solo, salvo algún que otro pájaro en las ramas de los arboles. Tras estar varias horas entrenando mis super técnicas una voz familiar me llamó.
-¡Arión!
-¡¿V-Víctor?!
Víctor bajaba por la ladera del césped pero, tropezó cayendo estrepitosamente al suelo. Yo me acerqué a él para ayudarlo a levantarse.
-Víctor ¿Estas bien?- Pregunté mientras le agarraba del brazo alzándolo.
-No te preocupes Arion, ha sido una caída tonta.
-Un poco mas y te comes el banco- solté una risotada y una cara de malas pulgas me avisaba de que Víctor no estaba aceptando la broma.
-E-Era una broma, jajajajaja – me reí mas fuerte para que no me ganase unos de sus balonazos.
Entonces Víctor se empezó a reír también. Tras seguir entrenando con él y compartiendo las bolitas de arroz de mi tía Silvia recogíamos todo lo que habíamos puesto de por medio. Entonces Víctor empezó a hablar por el teléfono. Al parecer eran sus adres que estaban hablando con él. Víctor se guardó el teléfono en el bolsillo de la chaqueta del Raimon.
-Oye , Arion. - dijo mientras venia hacia el banco donde estábamos descansando.
-Dime Víctor.
-Esto... ¿Te apetecería venir al parque de atracciones conmigo? Podemos ir 4 personas y... bueno... saber si querías venir.
-¡Claro! Vamos J.P y Sky y nos los pasaremos genial en el parque de atracciones.
-¡¡Estupendo!! Víctor sonrió con muchas ganas y yo también.
El día de la excursión nos reunimos todos en la parada de autobús. Todos llevábamos la ropa que casualmente llevamos todos los días, nada del otro mundo.
-Es increíble que podamos ir a este parque de atracciones- dijo J.P mientras alzaba los brazos de alegría.
-Sí! Y todo gracias a Víctor. - dijo Sky con un tono de agradecimiento muy dulce.
-Bueno, bueno no es para tanto. A mis padres les tocó este premio en un sorteo que hicieron por la radio y, bueno... Ellos tienen trabajo y Vlad está en rehabilitación aun...
Víctor parecía un poco decaído entonces le agarré del hombro
-Dejemos de pensar en penas. ¡Hoy nos lo pasaremos genial!
-¡SÍ!
Gritamos todos mientras veíamos como se acercaba el autobús. Tras que el autobus no dejase en el parque de atracciones no pudimos dejar de montarnos en ellas. J.P se quería montar en la noria entonces entramos todos en la noria. Nos sacamos fotos increíbles con la cámara de Sky. Comimos patatas fritas y hamburguesas, fuimos a la mansión del terror donde le solté un puñetazo a un muñeco ya que creía que era real. Fue un día inolvidable.
-Arion, ¿Te quedas en mi casa a dormir? Mis padres me dan su permiso.
En el momento que Víctor me dijo eso por mitad de camino a mi casa recordé el beso que me dio el día que llovía mucho. El corazón me iba a estallar de tanto latir y mis mejillas se sonrojaron mucho.
-Esto... Tendía que preguntárselo a mi tía – contesté un poco nervioso.
-No te preocupes. Ya la llamé yo mientras estabas en el baño.
Maldito Víctor es demasiado listo.
-Pero no tengo pijama así que...
-No te preocupes. Tengo pijamas de sobra de Vlad.
Tras un breve rato de disputa tuve que ir a su casa a dormir. Tuve que dormir en la habitación donde el dormía. Tenia dos camas bien cómodas, supongo que la otra era de Vlad.
Alas tantas de la madrugada no podíamos dormir, así que nos pusimos charlar un buen rato.
-Víctor...
-Dime Arion
-¿Porque me besaste el otro día?
Víctor se puso muy sonrojado y se papó con las sabanas de su cama y de un grito dijo:
-Porque... ¡Yo te quiero, Arion Serwind!
El corazón me dio un vuelco y me abalancé solo a abrazarle bajo sus sabanas llorando desconsoladamente. Víctor se quitó las sabanas de la cabeza y me beso de nuevo quitándome las lagrimas de mis mejillas sonrojadas. Ambos nos agarramos de las mejillas nos volvimos a besar una y otra vez. Mi corazón no dejaba de dar botes mientras lo hacia.
-Arion... Yo... -Dijo Víctor entre jadeos
-Que..
Víctor me agarro fuerte de las muñecas y besaba mi cuello muy fuerte. Esa sensación hizo que mi cuerpo se pusiera con los bellos de punta y agarrarme con las piernas a su cintura mientras él continuaba mordiéndome el cuello con gran ansia.