Psicóloga: ¿Como puedes fingir que no pasa nada cuando tienes esos cortes en tus muñecas?
Yo: De la misma manera en la que tú finges que te importo.
Psicóloga: Lucía, no finjo. Estoy aquí para ayudarte. Pero no me dejas.
Yo: No es que no te deje, esque no pueden ayudarme.Me mira y anota en su cuaderno.
Yo: A cuántas personas les habrás habrás dicho que no te dejan que les ayudes, cuántos suicidas se habrán sentado en ésta silla y habrán fingido la razón por la que estaban aquí menos por la real.
Estamos aquí porque es tan penosa la situación que tenemos que pagar para que nos escuchen. Y aun así...aun así no servirá de nada, porque con vosotros no viviremos el resto de nuestra vida y un día, desapareceremos, quizás en meses o en años y estas conversaciones no habrán servido de nada. Por eso finjo que no pasa nada, porque tú me escuchas, pero sólo porque no lo hace más.
Y no eres mi amiga, por eso, porque no vas a poder ayudarme. Porque no sirve que me escuches. Aunque me desahogue contigo, siempre quedará más.Se quedó en silencio y apuntó en su maldito cuaderno otra vez.
Psicóloga: Está bien. La próxima semana será la cita.
Me levanté y me fuí con los ojos ardiendo, pero sin derramar una sola lágrima. Fingiendo que no pasaba nada.