El ruido del despertador me despertó. Las 7 A.M. y aún no había salido el sol. "Genial, otro día de lluvia" -pensé. Por más que lo intentara, no soportaba tener que levantarme de la cama en un día de lluvia, con lo a gusto que está uno arropadito hasta el cuello... Pero bueno, tenía que ir a verle la cara a la profesora, como si me gustara...
Mis padres eran muy escrupulosos con la puntualidad, incluso me adelantaban 10 minutos el reloj sin que me diera cuenta para llegar a los sitios con tiempo de sobra. Ellos nunca habían estudiado, por eso querían que tanto yo como mi hermano, lo hiciéramos, así que no me quedaba otra opción que ducharme, desayunar y emprender el camino al instituto, pero eso sí, y antes que nada, tenía que revisar Twitter y Wattpad.
"Ya está, será mejor que me vaya" -susurré mientras terminaba de desayunar. No había nada en especial en la tele a esas horas y no habían subido capítulos de mis libros favoritos en Wattpad, así que salí de casa antes de hora. No paraba de llover, ni parecía que fuera a hacerlo en todo el día, así que cogí el paraguas de la entrada y comencé a caminar.
"Qué aburrimiento" -pensaba de forma pesimista, pero es que la lluvia me deprimía, y aún tenía media hora de camino por delante. El chapoteo de lo que parecía un niño corriendo se acercaba más a donde yo me encontraba, por lo que decidí apartarme para que no me mojara, cuando un fuerte golpe me obligó girarme...
- ¡Ayy, qué dolor!
- ¿Uhm? ¿Acaso te gusta bañarte en la calle? -pregunté sarcásticamente a lo que creía que era un niño, pero resultó ser una muchachita.
- ¿Qué dices? -me respondió dolida por el golpe.
- Como estás tirada en un charco... Simplemente lo supuse.
- ¿También supusiste que me gusta bañarme con ropa, listillo?
- Hay gente para todo en este mundo...
- Cállate ya, egoísta.
- ¿Egoísta?
- Sí, prefieres reírte de mi desgracia en vez de ayudar a una pobre dama en apuros. ¿No tienes modales?
- Ahh, sí. Perdona. Buenos días.
- ¿Qué dices? -preguntó con las cejas ligeramente levantadas y tono intrigado.
- Cuando uno ve a una persona por la mañana, se dice eso... ¿no? -le contesté mientras terminaba de ponerse en pié.
- ¡Que te calles, no hace falta que me ayudes!
- Mejor, así no me hernio.
- Eres un imbécil sin remedio, tengo prisa.
- Pues corre... ya ves lo que me importa.
- Espero no verte nunca más, imbécil. Adiós.
- Lo que tú digas -le respondí, sin importarme su estado, sólo pensaba en el aburrido día que me esperaba por delante.
Retomé mi camino, viendo cómo la chica corría bajo la lluvia... "es bastante guapa..." -sólo pude pensar eso. Tenía el pelo largo, hasta casi la cintura, color rubio oscuro, aunque la lluvia no me permitió verlo con mucha claridad. Era delgada y medía sobre 165 cm...
El resto del camino al instituto, lo dediqué a hablar con uno de mis "cyberamigos", pero al llegar a mi destino, hubo algo que me chocó mucho. La chica que había visto en el charco, estaba en la entrada de mi instituto, mirando fijamente el plano que había en el tablón de anuncios. Se estaba mojando cada vez más, y tenía en mis manos la oportunidad de meterme con ella, pero... qué demonios, lo hice.
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Cuando cae la lluvia
Teen FictionUn día de lluvia, que aparentemente es normal, puede hacer girar tu vida al completo. Esta es la historia de un chico de instituto, enganchado a Twitter y Wattpad, que se cruza con una chica que, sin saberlo, iba a cambiar toda su vida...