Traición

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La música pronto comenzó a retumbar por todo el recinto. El resto de los miembros del grupo me acompañaban con sus instrumentos, mientras yo no le quitaba la vista de encima a Kath. La gente aplaudía y yo cantaba de todo corazón. Mi vecina, de un momento a otro comenzó a llorar y yo sólo pude sonreírle. Era un momento que marcaría nuestras vidas. Era mi declaración oficial de amor hacia mi vecina, a la que en un principio despreciaba. Ella ha sido capaz de cambiar mi vida, de convertirme en una persona alegre. Ella me ha enseñado a querer de verdad y a valorar a la gente que tengo a mi alrededor. Yo no podía apartar mi mirada de su rostro. Ella estaba preciosa, como siempre. Con un vestido amarillo y una diadema recogiéndole el pelo.

De un momento a otro, Kyle apareció de la nada, le susurró algo al oído a Kath, la agarró del brazo y la sacó de allí. Yo acabé de cantar, cuando me giré hacia Matt, asentí con la cabeza dándole las gracias por aquella oportunidad, a lo cual me respondió de la misma forma. Bajé rápidamente por la escalinata del escenario, dejé allí mi guitarra y salí corriendo en busca de mi hermano. Seguramente no era capaz de aguantar que Kath me había elegido a mí. Él era demasiado orgulloso como para admitir una derrota.

Yo iba sin rumbo, buscando calle por calle a los dos, sin lograr nada. Aún se escuchaba la música de concierto, pero ya me había alejado de aquel lugar. La ciudad era bastante grande, y a oscuras se complicaba mi búsqueda. Sin duda, necesitaba ayuda. Cogí mi teléfono y llamé a Nayeli. Ella aceptó ayudarme enseguida, además, conocía la ciudad mucho mejor que yo y me sería de mucha utilidad. Nos encontramos en la puerta de la editorial donde Kath estaba a  punto de publicar su libro, y allí, decidimos separarnos, pero sin perder el contacto por teléfono.

La tensión se iba apoderando de mí. Necesitaba encontrarla cuanto antes, pero parecía una tarea difícil de conseguir. El ambiente era muy húmedo. El cielo estaba totalmente nublado y de un momento a otro iba a empezar a llover. Me empezaba a cansar, a pesar del aguante que tenía, pero la humedad y los nervios hacían mella en mí. De un momento a otro, mi teléfono empezó a sonar. Lo saque corriendo, pensando que era Nayeli, pero no. Era mi madre.

-          ¿Dónde estás? –me preguntó con tono nervioso.

-          No puedo hablar, estoy buscando a Kyle. Creo que ha secuestrado a Kath.

-          ¿Qué dices?

-          Se la ha llevado agarrada del brazo del concierto. Intenta llamarle.

-          ¿Tú dónde estás?

-          Cerca del muelle.

-          Voy a decirle a tu padre que vaya a ayudarte, también avisaré a Patrick.

-          Gracias, pero no le digas nada a Patrick. Dile a papá que se traiga toallas y mantas, pronto empezará a llover y Kath podría caer enferma.

-          Vale, enseguida le digo que vaya. Si te enteras de algo me llamas.

-          Vale. Hasta luego.

-          Hasta luego.

Colgué el teléfono y proseguí mi búsqueda. Por el tiempo que había pasado, si no había recibido ninguna llamada de Nayeli, eso significaba que su búsqueda tampoco tenía resultado. Yo había caminado bastante, estaba cerca de la zona marítima, que tenía fama de ser la más peligrosa de la ciudad, aunque yo nunca he tenido problemas allí. Me acerqué hasta la playa en su busca, gritando una y otra vez el nombre de mi vecina, aunque no obtenía respuesta. Mi móvil sonó nuevamente, pero esta vez era mi padre. Simplemente me dijo que se encontraba en los muelles y que necesitaba encontrarse conmigo para ir a buscarlos en coche.

Cuando cae la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora