-Me podrías ayudar indicándome...-No pude terminar de hablar ya que el chico me interrumpió.-Primera repisa, lado izquierdo, en la caja celeste-repuso sin decir una palabra más.
-¿Qué?-pregunte desconcertada por la repentina indicación que me dio aquel chico.
-El ungüento para la inflamación.
-Ah, es cierto, gracias por la indicación.
Fui hasta la repisa y tome el ungüento, me senté sobre la camilla en la cual me encontraba hace un tiempo atrás y me lo coloqué frotándolo levemente sobre el tobillo el cual había tomado un color entre morado y verde; estas cosas siempre me pasan a mi, soy tan despistada que hasta me olvido del día de mi cumpleaños.Y mi madre siempre se encarga de recordarme mi falta de atención.
Sinceramente prefiero vivir en mi mundo, creo que es más favorable pensar acerca de todo lo que me rodea, envolverme en aquella manta formada por ilusiones y fervientes deseos; no consideró a mis pensamientos utópicos, simplemente anhelo algo mejor, algo que llene nuestras almas hasta el punto de ser completamente seres irracionales pero al mismo tiempo racionales, que nos dejemos llevar por las ideas más alocadas que tengamos, no limitarnos ni ser mediocres con nuestras vidas. Simplemente dejarnos llevar por el viento, el sol, la luna, y las estrellas.
Muy bien, lo acepto, mis pensamientos son realmente utópicos.
Aclaró que no me agrada nada aceptar esto.-¡Oh! Pero a quién tenemos aquí-expresó una señorita cuyo cabello era color miel con pequeños toques de rubio cenizo, era realmente hermosa.
-Siento haber irrumpido su espacio de trabajo cuando no estaba presente, pero realmente necesitaba atender mi tobillo-dije con un toque de falso arrepentimiento.
-No te preocupes, ahora déjame ver ese tobillo- dijo ella tomando la silla blanca que se encontraba cerca de su escritorio y acercándola hacia la camilla en la cual me encontraba.
Le extendí mi pierna para que lograra ver mejor el tobillo.
Ella solo me dijo que era una leve inflamación y que con el ungüento que me había colocado iba a estar mejor.
Le agradecí por la ayuda y me retire de la enfermería.
La verdad no era nada grave, de no ser porque aquel idiota me cargo hasta aquí no hubiera venido.
Ustedes pensarán que estoy siendo muy desagradecida al insultarlo mentalmente, pero a mi él me parece realmente insoportable.
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Con un rose de tus manos...
RomanceNovela juvenil Piano...mi mejor amigo Bailar... libertad Arte...mi vida Amor...¿amor? ¡Ugh! Una chica que comparte dos pasiones con los chicos más opuestos de todo el instituto, nada podrá impedir que ella logre sus sueños, pero tal vez "alguien"...