(...)

276 18 1
                                    

Enojo y tristeza era lo que sentía en ese momento, Jungkook no entendía como su propia familia lo había dado como si fuera un regalo, un saco de carne, sus padres lo habían engañado envolviéndolo en mentiras diciéndole que no dejarían que ningún Alfa calenturiento se sobrepasará con él, era su familia, se sentía traicionado y decepcionado de su propia sangre.

Suspiró con pesadez mirando su habitación por última vez, recordando todo lo que había vivido en esa casa, no conocía nada más allá de ella, abandonaría su hogar para ir a complacer a su Alfa Supremo, su familia había sido tan cobarde que ni siquiera habían puesto resistencia, JungKook los detestaba a todos, sabía que lo único que sus padres querían era la influencia y los privilegios de ser la familia de la pareja del Alfa Supremo, sus hermanos era casi la misma historia, siempre lo habían envidiado por ser bello y atraer la atención de los demás, lo trataban con desprecio e indiferencia a él nunca le importo, cuando era un niño había sido duro aceptar el hecho de que su familia no lo amara y fuera tan superficial, pero ahora lo único que sentía por ellos era odio, sabía que el sentir odio por ellos estaba mal era su familia después de todo, pero no  podía evitarlo al solo recordar todo lo que había sufrido a causa de ellos, pero ya no podía hacer nada, el daño estaba hecho, ahora lo único que tenía que pensar era en cómo saldría de esto solo, ya que su familia había tomado su propia decisión en no apoyarlo.

Él no quería ser la pareja del Alfa Supremo, no era que él hombre fuera feo y nada por el estilo, es más las pocas veces que habló con JungKook había sido amable, pero eso no implicaba que por eso se emparejaría con él.

El Omega sabía que era hermoso y sabía que su aroma excitaba mucho lobos Alfas, él nunca vio su hermosura y olor como un problema hasta hora, es más había sido muy útil a veces para sacarlo de problemas.

—Muchacho ¿Estás listo?— Habló uno de los Betas que lo escoltarían hacía su nueva casa.

JungKook de nuevamente suspiró con amargura y se encogió de hombros —Si, solo denme un minuto más— agarró su bolso, verificó que no le faltaba nada importante y caminó hacía a la puerta de la habitación, saldría de esta, sólo tenía que pensar en un muy buen plan para deshacerse de los dos gorilas que lo escoltaban.

Estaba tan molesto con sus padres como alguien que dice quererte, te manda directamente a tu sentencia de muerte, bueno tal vez JungKook estaba exagerando un poco, estar acoplado no era tan malo, sin embargo, el Omega amaba su libertad y no la cambiaría por nada, adoraba correr en su forma de lobo por el bosque cuando había luna llena, le encantaba cazar en la noche y le gustaba jugar con su comida, llegar tarde a casa, salir cuando quisiera, eran cosas que cuando uno se acoplaba ya no podía hacer o eso era lo que pensaba él pequeño Omega.

Sabía que algún día encontraría a su compañero destinado y eso cambiaría su vida para siempre, pero hasta que ese día pasara él Omega se rehusaba en pensar en ello.

—Esperen ¿Puedo ir al baño? —Pidió.

Uno de los Betas lo miró mal mientras que el otro sólo rodó los ojos con desesperación, Jungkook había tardado más de una hora en recoger todas sus cosas de su habitación, lo había hecho a propósito, pero los Betas sólo suspiraron derrotados.

—Anda, pero no tardes—Habló uno de ellos.

Jungkook insistió con la cabeza, caminó con pasos lentos hasta el baño de su ahora antigua casa, al llegar cerró la puerta con seguro, bajó la tapa del inodoro y subió en ella, abrió la ventana de cristal del baño, tiró su bolso del otro lado y salió por ella con cuidado, al estar a fuera de la casa corrió hacía el bosque.

Tal vez salir por la ventana del baño no había sido uno de sus mejores planes, pero no logro pensar en nada mejor para poder escapar de ellos, estaba claro que en una pelea perdería, no había sido uno de sus momentos más inteligentes, pero había servido.

Jungkook no sabía cuánto tiempo había estado corriendo, pero tenía que ser mucho o por lo menos eso era lo que sentía, descanso por unos minutos mientras recuperaba el aliento, oyó perros ladrar y maldijo por lo bajo, por un momento había olvidado a los estúpidos cazadores que merodeaban en el bosque, trató de no entrar en pánico y pensar con tranquilidad para no llamar la atención de ellos entonces recordó el río, si cruzaba el río, ellos no podrían atraparlo, pero si cruzaba el río invadiría el territorio de otra manada de lobos, no tenía otra alternativa, ser atrapado por los de su especie no era tan malo en comparación con los cazadores, así que cruzo el río sin dar marcha atrás.

El Precioso Tesoro De Jimin (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora