XXXII. ALIENACIÓN

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Su carne material nunca se había alejado,
Pues cada aurora le encontraba en su lugar habitual,
Pero su espíritu amaba vagar cada noche
Por abismos y mundos distantes del día ordinario.

Había visto Yaddith y conservado empero el juicio,
Había vuelto indemne de la región ghoórica,
Hasta que una noche tranquila atravesó el curvo espacio
Aquella llamada apremiante que venía del vacío exterior.

Por la mañana despertó convertido en un anciano,
Y desde entonces nada ha vuelto a parecerle igual.
Los objetos flotan a su alrededor, nebulosos e indistintos,
Como fantasmas engañosos que ejecutan un plan más vasto.

Su familia y sus amigos son ahora una multitud extraña
A la que lucha en vano por pertenecer.

Hongos de Yuggoth y otros poemas fantásticos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora