An Honourable Man - Cithara

Parte 2

Era ridículo, iría al pub local para una cena, no requería este nivel de pensamiento. Él estaba nervioso. Estaba sacando a su esposo a cenar y estaba nervioso. Harry regresaría en cualquier momento e iban a dar un pequeño paseo hasta el pueblo y compartir una comida juntos. No era gran cosa, pero después de ese beso más temprano, las cosas se sintieron diferentes.

Buscó los gemelos que Harry le había comprado y los colocó en su lugar, luego, en un momento de inspiración, se acercó a su mesita de noche y abrió el cajón, moviendo algunas cosas a un lado hasta que encontró su anillo de bodas. Examinó la banda de oro y le dio un rápido pulimento en su camisa, deslizándola en su dedo anular. Se veía bien, pensó con una sonrisa.

Fue sacado de sus reflexiones por un fuerte golpe en la puerta de entrada, seguido por la voz de Draco que subía desde el recibidor, gritando su nombre. Bajó rápidamente las escaleras y encontró a Draco buscándolo en las habitaciones de la planta baja.

—Draco, ¿qué pasa? —Preguntó Severus, pensando que después de su altercado esa mañana no volvería a ver a Draco por un tiempo.

—Es Harry—dijo Draco, obviamente preocupado.

—¿Qué le ha pasado? —Preguntó Severus, una sensación de pavor se apoderó de él.

—Ha sido golpeado por una maldición—.

—¿Que? ¿Cuándo? —.

—Hace unos minutos. Se estaba yendo del centro, acababa de pasar nuestras barreras de seguridad cuando lo golpearon. Todavía no sabemos qué es, pero está en San Mungo—.

—Será mejor que lleguemos allí—dijo Severus y en cuestión de segundos él y Draco se habían aparecido en la recepción del hospital. Después de consultar con el personal, fueron dirigidos a la habitación correcta y subieron al tercer piso, buscando a Harry.

—Aquí, habitación 6—dijo Draco.

Severus lo dejó conducir y siguió al rubio a la habitación, conteniéndose un poco cuando escuchó a Harry hablando con Weasley.

—Ron, no puedo quedarme aquí, por favor. No puedo estar aquí, odio los hospitales—.

—Harry, amor, lo sé, pero escuchaste lo que dijo el Sanador, tardarás mucho tiempo en recuperarte de esta maldición, necesitan mantenerte aquí—.

—¡Pero están hablando de semanas, Ron! No puedo estar aquí tanto tiempo, sabes que no puedo, me matará. Me devolverá todos esos recuerdos y simplemente no puedo lidiar con eso.... No puedo...—.

Severus se contuvo un poco, permitiendo que Draco entrara a la habitación apropiadamente mientras se quedaba en el pasillo. Miró a su alrededor y vio a una Sanadora que venía por el pasillo hacia él y él dio un paso adelante, agarrando el codo de la mujer y diciendo:

—Disculpe, necesito hablarle sobre el hombre en esta habitación—.

La mujer lo miró detenidamente y dijo—¿Es pariente suyo? —.

Severus se enderezó y dijo en su voz más autoritaria—Soy su esposo—.

—Ya veo—dijo la mujer. Ella consultó su gráfico y luego lo miró, diciendo—Su esposo ha sido golpeado con un hechizo Languorem—.

—¿Languorem? ¿Se refiere a un maleficio de enfermedad? —Severus preguntó.

La mujer negó con la cabeza—No, no, es más grave que eso. Después de un período de incubación de 24 horas, el señor Potter experimentará todo tipo de virus en las próximas semanas, lo que empeorará si nunca ha tenido la enfermedad antes. Estamos hablando de gripe, neumonía, herpes zoster, gastroenteritis, la lista es interminable. Además de eso, su magia se habrá agotado hasta que la maldición desaparezca de su sistema y el período de recuperación será largo y arduo—.