Ese momento, el momento en el que sientes que el hospital se convertirá en tu nuevo hogar. Esa sensación, la sensación de inutilidad y desesperación de no saber que hacer. Ese silencio, el silencio que hace que tu mente diga "todo está bien", pero hace que tu corazón poco a poco se haga polvo.
-Lin?... ¿Otra vez aquí? -
-Al parecer he vuelto- saque una pequeña risilla, como para disimular la tristeza que me invadía -
-Hay niña, pero no te cuidas- lo menciono con un tono algo burlón-Mientras veía como se alejaba, una leve sonrisa se dibujaba en mi rostro. Pues Liza era una vieja amiga que trabajaba como enfermera en el hospital donde mi abuelita me traía siempre. Fue en ese momento en el que escuché la puerta del consultorio abrirse, me sentí feliz porque sabía que ya nos íbamos de ese horrible lugar, pero mi expectativa no duró mucho tiempo.
-Lin?
-Ya nos vamos? *estaba algo emocionada de decirle adiós a aquel espantoso lugar*
-No, el doctor quiere hablar contigo, ¿puedes pasar?
-Claro -conteste con indiferencia -En ese preciso instante me di cuenta de que algo malo pasaba conmigo
-Lin!... siéntate -me recibió el Doctor Mason con una distinguida sonrisa -
-Para que me quería -respondí seria -
-Lin creo que tú sabes que esta es la peor parte de ser doctor... el darle la noticia a niños y adultos- se veía como si tratara de desviar el tema-
-Vaya al grano- mi cuerpo en ese momento no tenía alma, no podía sentir nada a pesar de que ya sabía lo que estaba ocurriendo-
-Lin... Tienes cáncer
-Pero... Como... –me derrumbe -Sentí como una pequeña lagrima recorría mi rostro delicadamente, y de un momento a otro varias de aquellas lágrimas empezaron a caer.
-No yo... Yo estoy bien. Yo no tengo cáncer -me dije a mi misma decidida
Estaba asustada y alterada, no podía reaccionar; sentía como si mi cuerpo no pudiera respirar. El doctor intentaba calmarme y me abuela no dejaba de llorar y gritar de desesperación, diciéndome que me calmara y que dejara de llorar.
No podía aguantar la presión, quería correr y empezar a gritar. Por un momento se creó un silencio incomodo, rompí con ese silencio al salir corriendo de aquel lugar que solo provoca que perdiera poco a poco la cabeza. Mientras corría, se escuchaba en el fondo de los pasillos los gritos de me abuelita diciendo.
-Lin!!! ¡¡¡Ven acá!!! –
Se veía preocupada, pero mi cuerpo solo reaccionaba a mi dolor. Unos minutos más tarde, abrí mis ojos mientras seguí corriendo; al ver que estaba en el bosque de la ciudad me detuve, me puse a observar detenidamente el lugar, no conocía esta parte del bosque, me sentí sola y tenía miedo a perderme, me senté en un árbol y me puse a reflexionar, sobre todo, también me puse a pensar sobre mi enfermedad. En eso, cerca de ahí se escuchaba una voz, era un niño, acompañado por un muchacho.
-Ren!!! ¡¡¡Ven acá!!!
Esas palabras me recordaron a mi abuelita, me sentía mal por no haberle hecho caso.
-No quiero ir a la de fiesta de año nuevo!!!- corría de una manera tan extraña que no podía entender como su cuerpo le permitía correr como un animal, pero era impresionante –
-Quien dijo que esa una opción chamaco!!! -el muchacho se veía algo enojado, me daba miedo a distancia-
-Y quien dijo que eso a mí me importa!!!
-Ya me hartaste!!!Sin explicación alguna, varias brisas de viento se unieron para creas una pared, era totalmente sólida, era tan magnifico, pero a la vez tan extraño que no sabía ni en que pensar, llegue a tener las sospechas de que todo se trataba de un mal sueño.
-Pero que te pasa! -exclamo después de golpearse la cara con aquella pared de viento-
Se veía molesto, pero esa pared no iba a detener su escape; de repente, salto la gran muralla, y con esos ojos color cielo me miro... Perdiéndose en mi mirada y desde la sima del muro, perdió el equilibrio y cayó al suelo...
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Promesas por realizar
FantasyLin es una niña de 10 años, es una niña muy hermosa a la que le gusta mucho sonreír sin importar los problemas, le encanta la astronomía y las leyendas de su ciudad. Ella, que perdió a sus padres por la enfermedad de el cáncer, que al final de cuen...